martes, 30 de marzo de 2010

El sexo débil

Entro a trabajar a las 9, pero me levanto a las 6 y media. Tengo que ducharme, desayunar y vestirme antes de despertar al Peque. Entonces empieza la diversión: darle un bibe, quitarle legañas y mocos, cambiarle el pañal, vestirle, preparar la comida para llevar a la guarde, buscar el chupete que siempre se pierde, poner los biberones de la noche a remojo, recoger todo lo que va quedando por en medio y llevarle en coche hasta la guardería.

Harry entra a trabajar a las 8, pero se levanta a las 7. Va al baño, se viste, hace la cama y se va.

Hoy Harry ha pasado mala noche, así que se ha ido sin hacer la cama. Dice que estaba muy cansado. Y se ha ido al trabajo, a manejar una máquina que pesa varias toneladas.

lunes, 29 de marzo de 2010

Cambio de hora

Hoy es el primer día laborable después del cambio de hora de este fin de semana. Y estoy hecha polvo. Odio los cambios de hora, ambos los dos.

La mayoría de la gente odia el cambio de otoño, porque hace que cuando sales de la oficina no te apetezca ni hacer las compras, de lo oscuro que está. Otros (los menos, parece) odian el cambio de primavera porque hace que cuando te levantas de la cama no te apetezca ni desayunar, de lo oscuro que está.

Yo odio los dos. Por ambos motivos. Pero también porque tardo días en adaptarme al nuevo horario. Crees que exagero, ¿verdad? Sí, he notado que levantabas las cejas y pensabas "ya está la Bruja exagerando, intentando hacernos creer que es la persona más sensible del planeta". Pero es cierto.

Me he pasado muchos años (unos 10) sin usar reloj de pulsera y siempre sabía que hora era. Ahora lo llevo porque cuando me convertí en madre y empecé a despertarme cada 3 horas se me trastocó el reloj mental y no sabía si era de día o de noche. Sister me regaló un reloj de pulsera y gracias a él fui tirando. El reloj mental me ha vuelto a funcionar, pero usaré el otro hasta que casque (ya ha llevado varios golpes cuasi-mortales).

El caso es que cada vez que cambian la hora tardo días en volver a sincronizar el coco con las agujas y me siento todo el rato como si hubiese olvidado algo importante que tuviese en "la punta de la lengua". ¿A que es molesta esa sensación?

El Peque lo lleva aún peor que yo. El pobre hoy apenas ha conseguido abrir los ojos cuando le he despertado a las 7 y media para ir a la guardería. En cuanto le he sentado en la silla del coche se ha vuelto a dormir. Pobrecillo. Y qué envidia me ha dado...

jueves, 25 de marzo de 2010

Olor a rancio

Aviso a navegantes: este post va de malos olores, si estás comiendo deberías dejar una de las dos cosas (la comida o la lectura) para más adelante.

Aquí los ambulatorios se llaman Centros de Salud - muy pretencioso teniendo en cuenta lo que hay dentro. Pues en el que hay en mi pueblo huele fatal. Harry ha tenido que ir hace poco y vino diciendo:
- Tenías razón.
- Fijo que sí. Pero ¿a qué te refieres?
- En el médico huele que apesta.

Cuando lo dije en casa por primera vez, me miró como si estuviese loca. Estoy segura de que pensó que exageraba. Siempre me dice que soy una maniática de los olores. Y es cierto, lo soy. Lo era antes de dejar de fumar y desde entonces lo soy aún más. Pero precisamente por eso soy también una persona que está acostumbrada a notar los malos olores a diario. Y no exageraba nada.

El "centro de salud" (juas) es un edificio de (creo) tres plantas. En la inferior está la pediatra y antes estaba también nuestra doctora.

Yo cuando tenía que ir al médico estando embarazada me quedaba en la zona de espera de pediatría, para evitar el olor que había en la de "adultos". Aún así, a veces entraba o salía alguien y con el movimiento el aire se agitaba y te venía una bocanada. Arg.

En la primera planta estaba la matrona y las clases de preparación al parto. Sólo fui dos veces (por suerte mi empresa me proporciona un seguro privado) y tuve que aguantarme las naúseas. El olor era aún peor que abajo y no había zonas donde esconderse.

Ahora a nuestra doctora la han subido al primer piso y han bajado a la matrona a la planta baja. Estoy segura de que ha sido motivado porque las embarazadas que iban a la matrona han hecho piquetes.

El olor no lo motiva una tubería, ni el baño, ni un vertedero cercano. El olor es a gente que no se ducha desde hace (por no exagerar) un par de semanas. No quiero pensar que el porcentaje de gorrinos en mi pueblo sea mayor que en cualquier otro sitio. Supongo que el hecho de tratarse de un entorno rural condiciona un poco todo el tema. También el hecho de que, ni en los días de más calor, he visto que en el "centro de salud" (juas) estén abiertos los ventanales.

Y ahora se desatarán los infiernos y todo el pueblo en masa se levantará para apedrearme. Pues lo siento mucho. Hay mucha gente en mi pueblo muy relimpia, pero hay algunos (y no siempre son gente especialmente mayor, no te creas) que no se lava ni en su cumpleaños. No es que huelan "un poco mal". Para alguien con mi olfato, mucha gente huele "un poco mal". Me refiero a que huelen que apestan.

Huelen tan mal que lo nota Harry, que es incapaz de saber si el Peque se ha hecho caca pegando la nariz a su culo.

miércoles, 24 de marzo de 2010

El mejor amigo

El otro día paseaba por el pueblo empujando la sillita del Peque cuando vi que un cachorrillo (de perro) cruzaba la carretera. Es una carretera secundaria gallega, es decir, estrecha, sin línea que separe los dos carríles, llena de baches, sin arcén. Pero ésta, además, tiene un tramo bastante recto que hace que los conductores apreten el pie contra el acelerador como si al final hubiese un cartel que dijese "META".

Venía un coche en cada sentido, y en el medio estaba el cachorrillo. Le llamé y se acercó a mí, saliendo de la carretera. En cuanto llegó a mi lado se tumbó boca arriba, pidiendo mimos. Le cogí con una mano (con la otra sujetaba la silla del Peque, no fuese a acabar también en medio de la carretera).

Le pregunté al cachorro qué hacía en medio de la carretera. Puso cara de culpabilidad. Le pregunté dónde estaba su casa. No solo no me contestó sino que intentó cubrirme de lametazos.

Fui preguntando a todo el mundo que veía por la calle hasta que alguien me dijo que en uno de los talleres mecánicos (este pueblo tiene una concentración de talleres mecánicos que ríete tú de un circuito de F1) tenían un perrillo nuevo, que lo mismo era el que yo llevaba en la mano.

Me acerco al taller. Un tío sale cuando me ve llegar.
- ¿Es tuyo este perro?
- ¿Eeeeeeingssss?
- Que si es tuyo este perro
- ¿Eeeeeeingssss?

Ya llevo un tiempo en Galicia. En gallego eso quería decir "depende". Y "depende" porque si el perro me ha mordido, la respuesta es no. Pero si lo pregunto porque quiero adoptarlo, la respuesta es sí.

- Es que me lo he encontrado en la carretera, casi se lo lleva un coche por delante.
- Joder, ha debido salir detrás mío cuando he abierto la puerta...
Se acerca a mí, farfullando el resto. Lo coge de mi mano. Se me estaba empezando a dormir el brazo. Por suerte, no me ha meado encima. El perro, digo.
- Pues ten cuidado, porque casi lo atropellan.
- Ha debido salir detrás mío...
Farfulla más o menos lo mismo.
- Bueno, pues vale.
Me doy la vuelta y empiezo a alejarme.
- ¡Gracias!
Joder, ya te ha costado.
- De nada.

Jóvenes y viejos arrogantes

Esto me lo ha pasado Sister por email. Lo he buscado con Google y lo ha publicado mucha gente en distintos sitios. No sé cual es la fuente original, pero aquí lo tenéis:

Un presumido estudiante que se encontraba en un autobús lleno hasta los topes... se tomó la molestia de explicarle a un señor mayor sentado a su lado, porqué le es imposible a la vieja generación comprender a su generación.

"Usted creció en un mundo diferente, realmente casi un mundo primitivo", dijo en voz lo suficientemente alta para que lo escucharan alrededor. "Los jóvenes de hoy crecimos con televisión, internet, aviones a reacción, viajes al espacio, el hombre caminando sobre la luna. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte.. Tenemos naves con energía nuclear y coches eléctricos y de hidrógeno.. Computadoras con procesos a la velocidad de la luz... y más"

Después de un breve silencio el señor mayor respondió lo que sigue: "Tienes razón, hijo mío. Nosotros no tuvimos esas cosas cuando éramos jóvenes..... así que las inventamos. Ahora, ¡¡¡arrogante gilipollas!!!, ¿qué estás haciendo TÚ para la próxima generación?"

¡El aplauso fue atronador!

Y bien, ¿qué estoy haciendo para la próxima generación?
Pues posiblemente lo mismo que hizo el señor mayor del autobús: muy poco. Porque si bien es cierto que hay personas que inventan cosas increíbles en cada generación, la mayoría de nosotros pasa por este mundo sin dejar demasiada huella. Es de arrogantes gilipollas atribuirse méritos por haber nacido en un momento determinado, pero también lo es atribuirse méritos por lo que han conseguido personas que nacieron en el mismo momento que tú.

De arrogantes gilipollas está el mundo lleno. Generación tras generación.


lunes, 15 de marzo de 2010

Me suena tu cara

Casi todos los días hago el mismo recorrido desde dónde aparco el coche hasta la oficina. Y vuelta. Cuando voy me suelo cruzar con muchos escolares, solos o acompañados de sus madres (a veces sus padres), vestidos de uniforme. Hay varios colegios privados en la zona. Algunos ya me son conocidos.

Pero hay una persona que me encuentro tanto a la ida como a la vuelta. Es muy bajita, lleva el pelo corto. Tiene el cutis de una mujer ya mayor, pero viste con vaqueros, cazadoras de cuero y siempre lleva una mochila. Anda a buen paso, con unos auriculares en las orejas.

Llevo cruzándome con ella varios meses, dos veces al día. Últimamente me la quedo mirando sonriendo, a ver si me saluda con la cabeza o algo, como si fuésemos vecinas del mismo edificio que siempre coinciden en el ascensor, o en el aparcamiento. Pero no, de momento no me saluda.

Hace ya varios días que no la veo. Igual ha pillado un catarrillo o algo. Espero que se recupere pronto.



miércoles, 10 de marzo de 2010

¡Qué oportuno!

Ya sabéis (y si no, lo sabréis a partir de ahora) que tenemos una canguro para emergencias. Osea, la llamamos cuando el Peque no puede ir a la guarde. La canguro cobra una tarifa mínima mensual por estar disponible, además de cobrar por día trabajado.

Bueno, tenía una canguro muy maja a la que tuve que despedir porque cobraba la tarifa mínima pero luego nunca estaba disponible. Ahora me vuelve la cabeza cuando me ve. Debe ser que soy una jefa muy exigente y se siente explotada.

Ahora tengo otra. No te lo pierdas: es vasca y vive en Gaitabilich. Si es que...

En fin, que la semana pasada me avisó que esta semana se iba a la tierra, que operaban a su padre. Como los míos estaba por aquí pensé "bueno, si el Peque está malo, mis padres no se van". Y de hecho, se iban a ir el sábado y les hice quedarse hasta el lunes para estar segura de que el Peque se recuperaba de un catarro mal curado que ya le dura varios meses. Pero el finde lo pasó muy bien y mis padres se fueron el lunes.

Bueno, pues el martes voy a despertar al Peque para ir a la guarde y tenía fiebre. Ala, qué bien. Tuve que cogerme un día de vacaciones para quedarme en casa cuidándolo. El miércoles (hoy) seguía con fiebre. A urgencias. Y Harry se ha quedado hoy con él en casa y yo he venido al curro. Tengo un sueño que me caigo y estoy preocupada, pero aquí estoy.

Total, para no hacer casi nada, porque algunos de mis compañeros de trabajo han tocado el código que no debían y no funciona nada.

Pero no pasa nada, hoy se viene mi suegra a quedarse en casa el resto de la semana y así podremos irnos los dos al trabajo.

Ay.




lunes, 8 de marzo de 2010

La de las cabras

Mis padres han estado una semana de visita. Una de las ventajas de tenerles aquí es que ejercen de canguros voluntaria y gratuitamente. Lo que nos permitió ir al cine el sábado.

La última vez que pudimos ir al cine (cuando estuvimos en Bilbao) vimos Teniente Corrupto, que me dejó muy mal cuerpo. Nicolas Cage no es (ni de lejos) uno de mis actores favoritos, pero reconozco que en esa peli lo borda. Resulta un drogadicto de lo más creíble. Lo malo es que a mí, eso de ver durante 121 minutos los excesos de un yonki al que, encima, todo le sale bien... pues lo dicho, que me deja mal cuerpo.

Esta vez no quería repetir la mala experiencia y elegí una peli que tenía pinta de ser, cuando menos, graciosa: Los hombres que miraban fijamente a las cabras.

Había visto un trailer y pensaba que se trataba de un grupo de soldados entrenados para matar con la mente. Pero no, la peli no va de eso. La peli va del "Ejército de la Nueva Tierra", que son soldados entrenados para evitar las guerras mediante sus poderes mentales.

Todo el mundo dice que es una peli de los Coen pero sin los Coen. Y es cierto. Pero también es una peli de buen rollito, de las que sales con una sonrisa.

A Harry, por supuesto, no le gustó demasiado. Él pensaba que iba a haber más muertos.


jueves, 4 de marzo de 2010

Desayuno sin diamantes

La crisis la hemos notado todos, por lo visto no se ha librado ni la jet-set. Me he dado cuenta, por ejemplo, de que la gente ya no desayuna en los bares.

Un efecto colateral de este cambio es que el supermercado que hay cerca de mi oficina está petado a primera hora de la mañana. Hay muchísima gente que compra para llevarse al trabajo (algo de fruta, galletas, bebida). La señora que suele estar en caja a esa hora no quiere morir de un infarto, se toma las cosas con mucha calma. La cola no tiene fin. Se montan unas trifulcas de miedo cuando alguien quiere pasar primero porque solo lleva un artículo (yo también llevo sólo uno y aquí estoy esperando; sí, sí, todos tenemos que ir a trabajar, a ver si te piensas que yo me levanto a estas horas para ver amanecer; etc, etc).

No sé, estoy empezando a pensar que sería mejor traerme las cosas de casa.



martes, 2 de marzo de 2010

Pelillos a la mar

Hace poco una compañera de la oficina se ha cambiado el peinado. No puedo describir con palabras lo mal que le sienta. Voy a intentarlo: parece más vieja, más gorda y más antipática. No sé si con eso os hacéis una idea.

Por supuesto, no le he dicho nada. Quiero decir, ni siquiera le he mencionado que he notado que se ha cambiado el peinado. Porque decirle "te has cambiado el peinado" no tiene mucho sentido si luego no puedes añadir "te queda bien". Así que he preferido simular que soy ciega.


Por otra parte, un compañero de la oficina se está dejando bigote. Esto si lo puedo describir con palabras: le sienta tan mal como le sienta el bigote a todo el mundo. Está hecho un fistro. No sé si parece un personaje cómico (Charlot), un fascista (¿hacen falta ejemplos?) o un gilipollas.

Por suerte o por desgracia, en su caso me pilló con la guardia baja y no pude evitar hacer un comentario:
- ¿Pero te has dejado bigote? ¡Qué anacrónico!

No me digáis que no he sido comedida, ¿eh?