jueves, 15 de diciembre de 2011

Un pueblo pintoresco

Cuando conocí a Harry estaba separado y vivía en un pueblo de Orense. Él no es de ese pueblo, es de la capital, pero su ex-mujer sí. Y Blancanieves aún vive allí, con su madre. Harry se mudó cuando estaba casado, y ahí seguía. No es que le gustase mucho, pero tenía a su hija cerca y tampoco tenía motivos vitales por los que irse.

Es un pueblo en el que la actividad de la mayoría de sus habitantes depende de las canteras de pizarra. Es un sector duro donde nadie ha oído hablar de convenios. Se trabajan muchas horas, se libra un sábado al mes, se tienen las vacaciones que la empresa decide, los desplazamientos hasta el trabajo son en un todoterreno por el monte nevado,... Es duro. Pero no hace falta cualificación, y se gana mucha pasta con las horas extras. El caldo de cultivo perfecto para que abunden los cretinos.

En ese pueblo, los habitantes están ridículamente orgullosos de sí mismos. Se creen que son una ciudad, posiblemente porque son el pueblo más grande de la zona. Se creen que no tienen un problema excesivo con las drogas, porque se comparan con Madrid o Barcelona y dicen que de eso hay en todos los sitios. Se creen que no hace falta salir de allí para nada, aunque las tiendas venden ropa totalmente desfasada a precios excesivos.

Pero en el pueblo el negocio más próspero no es una cantera de pizarra: es el puticlub. Es tan próspero que ha acabado con todos los intentos de abrir otro que le haga la competencia. Este tema ha sido algo totalmente nuevo para mí, y me tiene francamente fascinada. La normalidad con la que se vive en el pueblo el tema de la prostitución, tanto su propia existencia como su consumo habitual, me deja pasmada.

Los trabajadores de la pizarra del pueblo cobran normalmente a día 15. El viernes después del 15 el puti está a rebosar. ¿Recordáis que os he contado que solo se libra un sábado al mes? El tercero. Que suele coincidir con el sábado después del viernes de puti. Ese viernes hay cola. Me refiero a que hay que esperar a que la profesional de su elección acabe un servicio y cambie las sábanas (por Dior, espero que las cambien!) para poder entrar el siguiente.

Allí los cumpleaños de los jóvenes, las fiestas de navidad de las empresas, y en general casi todos los días festivos, se empiezan y/o acaban en el puti.

Harry conoce algunos hombres, muchos de ellos jóvenes y no demasido feos, que son totalmente adictos. Un chico que le pedía que le guardase la cartera para no consumir. Y luego le suplicaba que se la devolviese. Otros que tenían casi 30 años y que no sabían lo que era f*ll*r sin pagar. Otros que se iban al puti con su yerno. Habéis leído bien: con su yerno. Con el marido de su hija. Otros que tenían una mujer en casa de las de quitar el hipo, pero iban de p*t*s igualmente.

Pero lo más flipante de todo (al menos para mí) es que alguno de esos clientes habituales acaban liados con las chicas. Las convierten en su novia, las llevan del brazo de paseo el domingo por el pueblo, a pesar de que saben que sus vecinos la visitaron el sábado noche. Y cuando la cosa dura un poco, pagan la "fianza" al dueño del puti y se casan con ella.

Esos hombres solo buscan alguien que se encargue de su casa, que les haga compañía, que quizás les de un hijo. Y ellas solo buscan salir de esa vida. El sistema funciona, por lo que yo he podido comprobar.

Lo que no entiendo es como, las mujeres de ese pueblo, pueden hacer ojos y oídos sordos a la situación. Porque la dichosa frase de "si es pagando no son cuernos" me parece alucinante. O tal vez piensen que sus novios/maridos son los únicos del pueblo que no consumen. Al fin y al cabo, yo también pienso que mi marido (entonces novio) es de los pocos del pueblo que podían decir que nunca habían pagado por sexo. Hasta me lo creo cuando me cuenta que había compañeros de trabajo que le criticaban por decirlo, y le decían que tampoco es tan guapo como para presumir tanto.

Pero claro, es que yo le veo muy guapo.

¿Os he contado que ahora Harry sí que lee el blog? Pero eso no tiene nada que ver con la última frase. Me ha salido espontánea y no me sentido para nada coaccionada a escribirla.

martes, 29 de noviembre de 2011

Mis Superpoderes

Estos son los superpoderes que me tocaron. No son los que yo habría elegido si alguien me hubiese preguntado. Pero ¿a ti te preguntaron? A mí, no. Me tocaron y hago lo que puedo para llevar una vida medio normal a pesar de ellos. Algunos días los consigo. Otros, no tanto.

Superpoder #1 - Flotabilidad
Para mí, tumbarme boca arriba en el agua es tan cómodo (o más!) como tumbarme en una cama. Puedo hacerme un ovillo, ponerme las manos detrás de la cabeza, o levantar una pierna. Y aún así, floto. Puedo estar flotando en el agua y mi hijo se sube a horcajadas encima mío. Y aún así, floto. Es todo un superpoder que puede que, algún día, me sirva para algo. De momento no le encuentro más utilidad que hacerle de yate al Peque. Que no es gran cosa, la verdad.

Superpoder #2 - Más sensible que el mercurio
Puedo adivinar la temperatura que hace en la calle, o en una habitación. Con un margen de error de menos de 2ºC.
Y recientemente he descubierto que puedo tocar tu frente con mis labios y saber si tienes menos de 37º, entre 37º y 38º, o más de 38º. Esto último no lo sabía hasta que me convertí en madre. Y yo creía que era un superpoder que tenían todas las madres, pero me dicen que no. Que algunas lo simulan, pero no tantas lo poseen realmente.

Superpoder #3 - Más fiable que un nivel de infrarrojos
Puedo saber si dos líneas son paralelas, perpendiculares o todo lo contrario. Juré y perjuré que la chimenea estaba torcida y nadie me creía. Hasta que los obligué a comprobarlo. Puedo colocar un cuadro centrado en una pared y paralelo al techo, sin necesidad de medir. Siempre y cuando la pared sea un rectángulo, claro. En mi piso de soltera, de más de 50 años de antigüedad, los cuadros eran paralelos al techo o al suelo. A las dos cosas, imposible. Me resultaba muy inquietante.

Superpoder #4 - Más exacta que un reloj
Ya lo he contado por aquí, que sé la hora que es sin mirar el reloj. Esto cada vez se me da peor, creo que estoy perdiendo el superpoder por culpa de la diferencia horaria entre Euskadi y Galicia.

Lo mismo soy un ciborg, no? Un ciborg de corcho!

martes, 22 de noviembre de 2011

La fieshta de la democracia

Para poder afrontar con serenidad los resultados electorales y no bebernos todas las existencias de crema de orujo de la provincia, el domingo Harry y yo tuvimos un brainstorming sobre cómo mejoraríamos el sistema electoral si pudiésemos. Y se nos ocurrieron varias ideas.

Como el blog es mío y él ni lo lee, voy a contar las que me gustaron a mí y algunas de las suyas ni las voy a mencionar. Si le molesta, puede abrirse un blog y contar lo que quiera. Prometo, incluso, enlazarle.

Al tajo:

- Circunscripción única.
Vale, esto ya lo entiende todo el mundo, que está la red petada de artículos al respecto. Una cosa os voy a decir: no hagáis caso de las páginas que intentan adivinar cómo estaría formado el congreso si se aplicase la circunscripción única a los votos del otro día. Porque los votos que se recogieron el otro día estaban condicionados por el hecho de que no la había. ¿Queréis un ejemplo? Yo no pude votar a Amaiur. Ni a coalición canaria, vaya.

- Porcentajes mínimos coherentes.
Hay 350 diputados. Con 1/350 de los votos, deberías tener un diputado. Eso es menos del 0,3% de los votos. Y estamos eliminando los partidos que obtienen menos del 3%. ¿Tiene sentido? No, a menos que seas demasiado vago para realizar el cálculo con todos los partidos participantes y quieras ahorrarte trabajo.

Vamos, que no.

- Ley D'hont.
La ley esa, osea, el método de cálculo, no es perfecto pero tampoco es que sea demasiado malo. Si obtenemos el resto de mejoras, podríamos dejarla como está, por no marear mucho y tal.

- Voto blanco = voto tonto.
Muy bien, eres de los que piensa que hay que votar. Así que te vistes, sales de casa (por ese orden) y te acercas al colegio electoral y votas para decir que no tienes opinión. Quédate en tu casa. Los votos blancos deberían tirarse a la basura. No deberían contabilizarse para nada. Son abstenciones.

- Voto nulo = voto inválido.
Si metes una loncha chorizo es lo mismo que si metes 2 papeletas por error. No puede distinguirse una cosa de otra. No puedes contar el voto nulo y decir que es de gente descontenta. Porque también estás contando los votos de la gente que es demasiado lers como para saber meter una papeleta en el sobre. No deberían contabilizarse para nada.

- Voto de censura.
Una papeleta para decir que el sistema es una mierda y que hay que cambiarlo. Se contabiliza como si se tratase de un partido. Y si obtiene 30 escaños (por decir algo) esos 30 puestos quedan vacíos. Si son muchos, el sistema dejará de funcionar y habrá que revisarlo.

- Voto en contra.
Si no sabes a quién votar, pero sabes que de ninguna de las maneras quieres que gane uno en concreto, le das tu voto en contra. Los votos en contra contrarrestan los votos a favor.

- Edad mínima y edad máxima.
Estas van a ser las modificaciones menos populares de todas. Lo sabemos pero nos da igual. Yo voté el mismo día que cumplí 18 años. Al Parlamento Europeo, osea, que tampoco es que fuesen unas elecciones muy importantes ni nada, pero voté. Recuerdo perfectamente a quién voté y porqué. Pero que yo fuese una tía madura y responsable (juas) no significa que la mayoría de las chonis de 18 lo sean. Yo subiría la edad mínima a 21 años. Por si acaso.

Y en cuanto a la edad máxima... evidentemente tiene que haberla. Es una vergüenza que mi abuela, de 90 años, que muchos días no sabe si está casada o anda todavía con novio, pueda votar si alguien la lleva hasta la urna. Yo la pondría en 67 años, pero podemos aceptar subirla hasta 70. Por si acaso, también.

- Examen de madurez.
En este punto no nos ponemos de acuerdo Harry y yo. Él quiere un examen de mínimos, pero yo no me fío de los examinadores. Mi suegro no ve un pimiento y el médico que le examina para el carnet de conducir le dice todos los años "bueeeno, pero sabes que tienes que mirarte la vista". Le conoce de toda la vida y le sigue sellando el permiso. Es una puta vergüenza.

He visto que por aquí se montan autobuses que recogen a la gente (y a los ancianos en los asilos) y los llevan a votar. Cuando bajan del autobús, frente al colegio electoral, les dan un bocadillo y un sobre con el voto. Es ilegal, y se puede denunciar, pero nadie lo hace.

No se me ocurre ningún sistema fiable para examinar y evaluar a la gente, sin que dependa del criterio de algunas personas sobornables. Así que creo que examinar por examinar es tontería. Mejor no nos gastamos pasta en este tema.

- Programas electorales vinculantes
El programa electoral debe publicarse en todos los idiomas oficiales del estado y será vinculante. Los partidos tendrán que ajustarse a sus promesas y no podrán votar en contra de ellas durante la legislatura.

Habrá un portal en internet en el que se publicarán dichos programas. En la televisión pública todos los partidos tendrán un tiempo para poder dar a conocer y explicar su programa. Se podrá solicitar una copia en papel mediante una llamada telefónica.

Si un partido quiere montar un dispositivo para dar a conocer su programa, responder las preguntas de los electores o colgar sus fotos familiares, lo tendrán que financiar con su propio dinero.

- Campaña electoral respetuosa
Los mítines públicos multitudinarios están prohibidos durante la campaña electoral. Los asistentes van a votarte. Los que no van a votarte, no van a ir a un mítin para informarse.

No puedes empapelar la ciudad con fotografías de los políticos. En general, son bastante feos.

La televisión pública organizará varios debates para que todos los candidatos que lo deseen puedan participar. En cada debate participarán un máximo de 5 candidatos y un mínimo de 3. Los debates a dos bandas fomentan la idea de que el bipartidismo es la única opción posible.

Este post me está quedando demasiado largo y demasiado serio. Pondría dibujos de gnomos, pero no sé dibujar. Una lástima.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Sector primario

Estas dos fotos están sacadas en el mismo escaparate, en una tienda de "productos para el campo". Es lo que tiene vivir en Rusticolandia.



No me digáis que no es curioso que los pavos tomen el sol. El hecho de que la empresa sea de Zaragoza explica que los pavos ya se hayan puesto morenos en mayo. En Coruña eso no pasa. Ya te digo yo que no.


Este anuncio es... menos profesional. Tuve que leerlo varias veces para entender a qué perros se referían. Luego me arranqué los ojos, los lavé con lejía, y me los volví a poner. Ahora, una cosa te voy a decir, están muy bien de precio. Si a alguien le interesa el número de teléfono, que me lo pida. Lo he tapado por si os daba por llamar y echar unas risas. Ah, ¿que no se os había ocurrido? No, claro, a mí tampoco.

Lo peor de este anuncio es que (y se ve en la foto si te fijas bien) hicieron un montón de copias y las colocaron en muchos comercios de la zona. En la consulta del veterinario tienen uno. Sí, uno igual. Igual 100%. Creo que al mismo precio.

martes, 15 de noviembre de 2011

Miedo escénico

Cuando actualizas el blog varias veces a la semana, cualquier tema da para una entrada. De cualquier anécdota tonta sacas un post bastante apañado y publicas. Pero si solo actualizas una vez al mes (o incluso menos) no te apetece publicar cualquier cosa. Quieres que sea algo que justifique que tus lectores sigan teniendo tu blog enlazado a pesar de que escribes de Pascuas a Ramos. Y según va pasando el tiempo, el listón sigue subiendo hasta que te planteas cerrar el blog porque no estás a la altura.

Ya ves tú. Qué chorrada. ¿No?

Y el caso es que tengo montones de ideas para nuevas entradas. Montones.

Quiero abrir una sección de Bruconsejos. Podría titularla "Errores de mi vida" y contaros todas las veces que he tomado una decisión errónea, con la sana intención de que escarmentéis en cabeza ajena. Puede que incluso, a veces, pudiese incluir una historia en la que acerté y me decidí por algo y salió bien.

También intento llevar un registro de los libros que leo, las series que veo, las pelis que empiezo a ver (casi nunca las acabo, por diversos motivos) para luego publicar entradas con esa información. Llevo meses apuntando todo eso.

Estoy animada a contaros historias de mi vida como madrastra. Algo como un Madrasternity. Y es que Blancanieves tiene ya 12 años, y si ya es difícil ser la madre de una adolescente, no podéis imaginaros las tribulaciones que vive la madrastra de una adolescente.

Y también me gustaría escribir más ficción. Abrí la etiqueta de películas y ahí se quedó, con dos bobadas. Mi intención era que creciese bastante más.

Así que esta entrada tontorrona es para ver si rompo el bloqueo y me da menos miedo escribir la siguiente. Ahora que he bajado el listón hasta el suelo, me veo capaz de mejorarlo.

jueves, 6 de octubre de 2011

Se acerca el invierno

Voy a acallar los rumores que me dan por muerta. No lo estoy. Es solo que no tengo tiempo para publicar.

Normalmente actualizaba el blog desde el trabajo. Pero los últimos meses he estado muy liada. Por un lado están las labores profesionales, por las que cobro un suelo más o menos indigno. Por otro lado las labores sindicales, por las que seguro que voy a cobrarme algunos insultos y amenazas. Con mucha dignidad, eso sí.

En casa tampoco saco tiempo. Tengo un hijo que de vez en cuando reclama mi atención. Más que nada porque soy la única persona que tiene a mano. Como ya he contado en el post anterior, Harry está trabajando de sol a sol. Y parte de la noche. Incluyendo el fin de semana. También está la casa, demasiado grande, que siempre parece estar sucia y desordenada. Y luego están las distracciones. Sobre todo una.

Y es culpa vuestra. Vosotros me lo recomendásteis. Y ahora estoy enganchada y ya voy por el cuarto libro (que en realidad es el quinto) y no puedo dejarlo. Y me entran sudores de pensar que acabaré todos los que hay publicados y me quedaré esperando a que el autor saque tiempo para escribir el siguiente. Y entonces puede que yo saque tiempo también para escribir nuevos posts. Puede.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Lucha obrera

Harry volvió a quedarse en el paro este verano. En agosto le dijeron que se le acababa el contrato de 5 meses que tenía (y que él pensaba que era de 6) y que no le renovaban porque no tenían trabajo para él.

Empezó a buscar trabajo inmediatamente en las empresas de construcción de la zona. Había una que estaba cogiendo gente, así que se pasó por allí para hablar con el dueño.

Yo tenía la experiencia de que los futuros jefes te mienten en las entrevistas de trabajo, y una vez que has firmado te das cuenta de que no tienes nada por escrito, y que todo lo que te contaron que era chupi-estupendo se les ha olvidado, y de repente tienes que entender que las horas extras son obligatorias y gratuitas, el comedor-office es tu propia mesa de trabajo y tus vacaciones están sujetas a cancelación sin previo aviso por "necesidades corporativas".

Pues en el sector de Harry la cosa no es así. En la construcción, el dueño/gerente/encargado/patrón de la empresa de 10 empleados "Manolo e hijo" te cuenta en la entrevista:

  • Que tu jornada laboral es de 8 a 20:30, con hora y media para comer.

  • Que como te van a llevar hasta tu puesto de trabajo en Cristoculo en una furgoneta de la empresa, no te van a pagar desplazamiento.

  • Que eso significa que tienes que estar en la empresa a las 6:50 de la mañana para llegar a Cristoculo a las 8.

  • Que cuando sales a las 20:30 de Cristoculo, la misma furgoneta te lleva hasta la empresa, y llegas a las 21:45 aproximadamente.

  • Que todas esas horas que pasas en la furgoneta no te las pagan.

  • Que no te pagan dietas porque puedes elegir entre dos estupendos "restaurantes" que hay allí en Cristoculo y que te sirven un menú del día que no tienes que pagar, porque tu jefe ya tiene cuenta allí. El menú del día es, 3 veces por semana, a elegir entre callos y parrillada, todo muy sano y fácilmente digerible.

  • Que las vacaciones son del 23 de diciembre al 6 de enero, que la empresa cierra. Y ya.

  • Que se trabaja un sábado de cada dos, y no es optativo.

  • Que si un sábado te toca trabajar y tienes algún compromiso personal, tendrás que convencer a un compañero para que te cambie el turno.

  • Que te van a pagar el sueldo según convenio y las horas extras en negro, a 9 euros la hora.


Y como hay crisis y el sector de la construcción está que da pena, Harry tiene que tragar y decir que muchas gracias.

Y yo me he liado la manta a la cabeza y con mi amiga L y unos compañeros más hemos conseguido que haya elecciones sindicales en mi empresa. Han votado más de la mitad de los compañeros, lo que es todo un triunfo porque casi 2 tercios están trabajando en las oficinas del cliente y han tenido que desplazarse o votar por correo. Y ahora tengo el privilegio y el deber de ser representante sindical de mis compañeros en el comité de empresa.

Porque puede que los sindicatos no sean perfectos, pero lo que tengo claro es que la patronal no está de nuestro lado.

lunes, 1 de agosto de 2011

Pelis de culto

Como aprendí alemán por las malas, es decir, sin dar clases, de oídas, a la fuerza y porque no tenía más remedio, hubo cosas que las aprendí mal. Hay que tener en cuenta que mi pareja de entonces no era ningún gafapasta; estaba buenísimo y era increíble en... la mesa, eso, sí, la mesa. Como la mayor parte del tiempo la pasaba con él, aprendí a hablar como él. Con el tiempo me fui dando cuenta de que era el equivalente a aprender español viendo Gran Hermano.

Una de las expresiones que él usaba (y que yo adopté como mías) era la de las pelis de culto (Kultfilme). Para él una peli de culto era una peli de decir "¿que no la has visto? pues tienes que verla, tío, yo la he visto 5 veces". Y decirlo con aires de superioridad.

Una peli de culto no tenía que ser una peli buenísima, ni una peli solo para cinéfilos, ni siquiera una peli premiada. Hablamos de la época en la que no existía la descarga de películas: las pelis se veían en vídeo. O las alquilabas o te las comprabas. No había otra. Pues una peli de culto la alquilabas la primera vez, pero luego te la comprabas. Además, quedaba guay tener esa peli en una estantería, bien visible. Era parte de tu videoteca, sabes, un básico, como un fondo de armario de las películas.

En castellano y en inglés, si consultas la entrada de la Wikipedia, una peli de culto es una peli para minorías. En alemán la definición se acerca un poco más a la que hacía mi pareja, pero desde luego no incluiría algunas de las pelis que él metía en el saco.

Con los años yo adquirí muchas de estas películas y las incorporé a mi estantería. Con la llegada de las descargas, la lista ha ido aumentando. Algunas las he visto de nuevo después de descargarlas, otras no porque ya me las sé de memoria de lo mucho que las han puesto en la tele (en la época en que yo veía la tele). Algunas te las bajas en formato DVD y con todos los extras, porque realmente una peli de culto mola verla también en versión original. Una vez que ya te la sabes de memoria en castellano, mola verla en inglés y creer que sabes inglés porque lo entiendes todo.

Pues después de años de recopilar y visionar "pelis de culto", llegó Harry a mi vida. Y a pesar de ser un adicto a la televisión, no conocía muchas de estas películas. Así que siempre que no sabemos qué ver, puedo tirar de mis pelis y volver a ver alguna con él. Que recuerde ahora mismo...
  • El Club de los Cinco (que ha mencionado Efe en su blog y me ha sugerido esta entrada) [*]

  • Footloose (una vez gané una apuesta con esta película por sabérmela de memoria)

  • Willow (la ponen todas las navidades, no puedo creerme que no la hubiese visto, pero jura que ni le suena)

  • Temblores (adicta a Kevin Bacon por culpa de Footloose)

  • Los Goonies (mi marido no tuvo infancia, no hay otra explicación)

  • Lady Halcón (madre mía, si la vi en el cine cuando era pre-adolescente)

  • Las brujas de Eastwick (rubia, morena y pelirroja; yo me pedía ser Cher)

  • Los asesinatos de mamá (vale, esta es un poco más rara)

  • Dos hombres y un destino (pero si es western, por favor, tiene que haberla visto!)

  • La vida de Brian (no sabe quiénes son los Monty Python, qué vergüenza...)


Casi todas las que he mencionado son viejunas. Lo que hace aún más increíble el dato de que mi marido, que tiene (casi) mi edad, no las haya visto nunca en la tele. No os pongo los links porque en el curro tengo capado el imdb. Si alguna no os suena, escribid un comentario y solidarizaos con Harry.

[*] Me sugirió esta entrada a mediados de junio, que es cuando escribí el primer borrador.

jueves, 28 de julio de 2011

El teléfono descacharrado

Terracita frente a la playa #1
- Hola, ¿qué os pongo?
- Dos Shandys
- Qué egoísta
- ¿Cómo?
- Que tengo Mixta (señalando el servilletero con la publi)
- Ah, pues vale, dos Mixtas entonces

Terracita frente a la playa #2
- Hola, ¿qué os pongo?
- Dos Shandys
- Mixta
- Ah, pues vale, dos Mixtas entonces
- ¿Y de beber?
- ¿Cómo? ¡Pues dos Mixtas!
- No tengo
- ¿Pero cómo que no tienes?, si acabas de decir...
- No, no. He entendido que queríais dos sandgüichs, y os preguntaba si mixtos, osea, de jamón y queso
- ¿Pero no tienes ni Shandy ni Mixta? (señalando el servilletero con la publi)
- No, pero os puedo poner una cerveza con limón si queréis.

Teníamos que haber pedido orujo.

jueves, 21 de julio de 2011

eBook

Hola, me llamo Bruja Naranja y no sé qué chisme comprarme para dejar de gastar en libros de papel.
¡¡¡Te queremos Bruja!!!

Con un poco de sonrojo, voy a sodomizar este blog y usarlo para recopilar información. Ya empecé en Twitter pero oye, con tan pocos caracteres la cosa es complicada.

Tengo un desconocimiento total del tema. Tanto que no sé si se llaman eBook, o si el eBook es un libro digital concreto, no el lector. Es más... y esto os va a poner los pelos como escarpias... me da igual cómo se llame. Uf, hoy estoy que lo tiro. Qué valor, qué arrojo...

No tengo ni tiempo (bueno, ni ganas tampoco) de buscar la información en Internet. El proxy corporativo me tiene capadas tantas páginas que tampoco podría hacerlo desde el curro. Y en casa no hay proxy, pero está el Peque, que me tiene capadas un montón de actividades. No veas lo que le molan algunos de vuestros avatares del Twitter. Más mono, cuando los señala en mi teléfono táctil y lo vuelve loco...

Quiero que me contéis si tenéis, cuál tenéis y si os mola o no. Me preocupa enormemente que me pase como a mi amiga L: se compró uno que no es compatible con los formatos más usados y apenas lo utiliza. Si me compro uno y no lo uso, tendré que oir a Harry farfullar cada vez que me vea con un libro de papel. Y eso me estresa solo de pensarlo.

Esto es toda una declaración de vagancia y caradura. Bueno, no soy perfecta. Pero soy agradecida. Dadme la oportunidad de demostrarlo.

Gracias por adelantado y tal.

martes, 19 de julio de 2011

Códigos de barras

Lunes, Eroski del centro comercial de mi pueblo.
Voy de compras con mis padres. Ellos hacen la mega compra mensual. Yo voy a por un par de tonterías. Llevamos al Peque, así tiene más emoción.

Encuentro un cojín de esos que sirven para ponerles a los niños en el coche y que no parezca que se van a dislocar el cuello. Una almohada cervical, se llama.



Sé que los cuellos no se dislocan. Pero cuando miro por el retrovisor y le veo la postura que tiene cuando se queda dormido, parece que vaya a tener tortícolis. El cojín en cuestión cuesta 15€, así que lo meto en un carro, porque mis padres llevan dos y me han dejado una esquinita en uno de ellos.

Un buen rato después, yo he comprado cuatro tonterías y mis padres han llenado los dos carros.

Llegamos a la caja. Delante nuestro hay una señora con un carro lleno. Que se da cuenta de que no ha pesado los langostinos. Y se va a pesarlos mientras la cajera aprovecha la circunstancia para explicarle a una compañera que tomaba notas cómo se hace para dejar un ticket abierto y cobrar el siguiente.

La compañera novata tenía ya una edad, y yo empiezo a imaginar porqué está aprendiendo a ser cajera. Será que era cajera del Carrefour y ahora se ha ido al Eroski y solo tiene que aprender las cosas que sean distintas. Será que por fin ha echado de casa a sus hijos (todos ellos cumplieron 30 hace años) y ha decidido volver a ser cajera, lo que era antes de casarse, cuando las cajas registradoras eran otra cosa. Será que lleva muchos años siendo charcutera del Eroski y la han reciclado a cajera. Que será, será.

La cajera va cobrando las cosas de mis padres. Y se da cuenta de que solo han cogido un bote de mahonesa, pero ahora hay una oferta 2x1 y claro, falta el segundo bote. Mi padre corre raudo a por otro bote de mahonesa. Es un decir, porque sigue usando muletas desde la operación del pie.

La señora de los langostinos vuelve, pero la cajera le dice que tiene que esperar a que acabe con mis padres.

Vuelve mi padre con la mahonesa, pagan todo. Pienso que ahora que ya solo les queda un hijo en casa siguen gastando en el súper tanto como antes.

La cajera acaba de cobrar a la señora de los langostinos. Me toca, me toca, me toca.

La cajera va pasando mis artículos, casi todos de textil. Yo los meto en una bolsa. Me dice cuánto es pero, como siempre, ni la escucho, le doy todas las tarjetas (la de pagar, la de los puntos, el dni) y firmo el ticket.

Nos vamos.

En el coche pruebo el cojín. Al Peque no le gusta pero pienso que se le pasará.

Al llegar a casa abro el paquete de pijamas de verano del Peque y veo que son para 3 meses. Qué bien. Debía estar drogada cuando los compré.

Martes, Eroski del centro comercial de otro pueblo.
Aprovecho que estoy en un centro comercial que tiene Eroski para devolver los pijamas que no le valen al Peque. Cuando miro el ticket me doy cuenta de que pone "COJÍN LACTANCIA, 49€". Estoy un rato mirándolo hasta que lo proceso y pienso... esto está mal.

Definitivamente, debía estar drogada.

Miércoles, casapadres.
He encontrado el cojín en el coche, pero venía en una bolsa de plástico transparente con cremallera y la bolsa no aparece. Busco por todos lados y sigue sin aparecer. Teniendo en cuenta que hemos traído tantas cosas que Harry pensó que le abandonábamos para siempre, es normal que no lo encuentre. Al final aparece metida dentro de una maleta que debería haber estado vacía. En fin.

Jueves, Eroski del centro comercial de mi pueblo.
Tengo el cojín dentro de su bolsa y el ticket. Hemos hecho un viajecillo y el Peque no quería ni ver el cojín. En vez de reclamar el dinero, empiezo a pensar que sería mejor devolver el puto cojín, pero la bolsa está un poco arrugadilla y se nota. Bueno, a ver si cuela. Me acerco al mostrador de atención al cliente.
- Hola, buenas tardes. Es que verás, compré esto el lunes y en el ticket pone que cuesta 49 y yo creía que costaba 15 y no lo entiendo muy bien.
- Ah, sí, espera, que comprobamos.
Le pasa el lector de código de barras al cojín. El código de barras está en un cartón dentro de la bolsa de plástico.
- Pues me dice "COJÍN CERVICAL, 15€". Qué raro.
- Bueno, será que ya habéis corregido el error. ¿No puedes consultar si el lunes tenía otro precio?
- Yo no, pero espera que llamo a una compañera y lo mira.
Llama por teléfono a una compañera que se persona a mi lado.
- Hola, buenas tardes. A ver, ¿es este el cojín? ¿Y el ticket? Ah, vale, un segundo.
Habla por teléfono, me mira, parece un poco mosca.
- Es que... en este ticket no sale el código de barras de este cojín, sino un código de barras de un cojín de lactancia que cuesta 49€.
- Eso quiere decir que no compré este cojín, sino otro. Vaya, pues no puedo demostrarte lo contrario, claro, pero es muy raro.
Yo notaba que mis mejillas enrojecían por momentos. Con las pruebas delante, parecía que yo estuviese intentando estafar a Eroski, comprando un artículo de 49€ y devolviendo uno de 15. Y cuando más me explicaba menos creíble sonaba todo.

La buena mujer, que no había cambiado el tono amable en ningún momento, pululaba con el teléfono por la zona mientras yo empezaba a entrar en un bucle neurótico. Junto al dichoso cojín había un papelito en el que la buena mujer habían apuntado el código de barras que aparecía en mi ticket. De repente, vi la luz: el cojín tenía una etiqueta de tela con un código de barras. Uno distinto del que estaba impreso en el cartón de la bolsa. Y coincidía con el del papelito. El fabricante había puesto dos códigos distintos en el mismo artículo, y la cajera había pasado el código de barras equivocado. El fabricante debía estar drogado.

Aclarado todo el asunto, la buena mujer me explicó que iban a devolverme el dinero igualmente, aunque no hubiésemos encontrado el problema. Pero puesto que era evidente que no era culpa mía, me obsequiaron con varias muestras de cereales y me pidieron disculpas. Los cereales estaban muy ricos, al Peque le han gustado tanto que ha aprendido una palabra nueva: PIC (=chocapic).

Así que tengo que decir, por una vez, que algunos servicios de atención al cliente funcionan estupendamente bien. Y eso me reconforta muchísimo.

jueves, 14 de julio de 2011

Amigas

A lo largo de mi vida he dicho varias veces una frase: "es imposible perder un amigo; si lo pierdes, es que no era un amigo". No sé si sigo creyendo en esa frase tanto como antes.

La mayoría de la gente tiene amigos de la infancia. Yo no. No me resulta nada fácil encontrar gente con la que me entienda lo suficientemente bien como para meterlos en la categoría de amigos. Me puedo llevar bien con mucha gente, pero no me entiendo con casi nadie. La diferencia puede parecer sutil pero no lo es en absoluto. De modo que la mayoría de mis grupos de amigos han sido, en realidad, conocidos. Y me he mudado tantas veces a lo largo de mi vida (geográfica y metafóricamente hablando) que los conocidos han dejado de serlo con el tiempo.

Conocí a P en el trabajo. Entró a sustituir a una compañera que iba a dar a luz próximamente. Las dos fumábamos, y no había mucha más gente que fumase en la oficina, así que salíamos juntas a fumar. Hablábamos de mil tonterías y nos dábamos cuenta de que teníamos mucho más en común de lo que nadie podría pensar al vernos. Al poco tiempo, nos entendíamos con muy pocas palabras. Teníamos conversaciones de esas de:
- Sabes lo que odio? que ...
- Yo también, tía. Me revienta.
O:
- No te encanta tal actor, a pesar de que no es especialmente guapo?
- Ya te digo! No entiendo porqué, pero me pone muchísimo.

Almas gemelas, vamos.

Solo nos veíamos en la oficina. No íbamos juntas a tomar café ni a comer, solo a fumar.

La compañera a la que ella sustituía volvió, y ella se fue. Y poco después yo también dejé el trabajo. De hecho, nos hicieron la despedida a las dos juntas.

Después de eso, intentamos quedar algunas veces con los antiguos compañeros, pero los horarios para comer no eran muy compatibles. Siempre decíamos que teníamos que quedar un fin de semana para tomar algo, pero nadie movía el tema. Al final, quedamos las dos un domingo por la mañana, en mi pueblo, para tomar los potes y los pintxos típicos de un domingo por la mañana en mi pueblo. Era enero del 2006. Ya habían pasado 6 meses desde que dejamos de trabajar juntas.

Aquel día nos lo pasamos genial. Fue como si nunca hubiésemos dejado de hablar a diario.

Empezamos a escribirnos emails a todas horas, quedábamos para comer casi todas las semanas, al menos una vez al mes yo me iba a dormir a su casa y nos pegábamos una noche de chicas hablando de todo y de nada. Tenemos la misma opinión sobre casi todos los temas que hemos sacado en estos años. Solo tenemos diferencias de opinión en cuanto a política y en otro tema que ha supuesto la única "discusión" que hemos tenido jamás.

Las dos estábamos buscando un cambio de curro y nos animábamos mutuamente.

Vivió toda mi historia cuando conocí a Harry.

Luego yo me mudé a Galicia y ella también cambió de curro. Los emails empezaron a ser más escasos por falta de infraestructura. Pero seguíamos hablando por teléfono cuando pasaba algo gordo y también había llamadas sin motivo, para saber cómo iba todo.

Una vez que fuimos a Bilbao de vacaciones por Navidad, nos quedamos en su piso, porque ella y su novio se iban a pasar la Nochevieja fuera.

Se vino a Coruña un fin de semana para acompañarme a comprar mi vestido de novia.

La segunda llamada que hice para contar que estaba embarazada fue a ella.

Vino a mi boda y pronunció el brindis del banquete.

Con el tiempo, cada vez hablábamos menos por teléfono. Cuando he ido a Bilbao de vacaciones he tenido que cuadrar mis planes para poder verla, porque no disponía de mucho tiempo para dedicarme. Y sin embargo, siempre que hemos hablado la conversación ha sido como siempre. De todo y de nada. Nos entendemos perfectamente.

Hace poco, por teléfono, adiviné que le estaba pasando algo sin que me lo contase. Ella lo negó y cambió de tema. Unos minutos después me volvió a llamar para reconocer que yo tenía razón, sorprendida de que pueda leer en ella sin verla siquiera. Ha pasado una mala racha y yo he intentado estar ahí pero sin agobiarla, sé lo mucho que le fastidian las intromisiones no solicitadas.

Estas últimas vacaciones no he podido verla. Ya he contado que no ha sido completamente culpa suya. Lo dejamos para los últimos días y luego se cruzaron mil cosas y al final no cuadró.

Tiene la dirección del blog pero nunca ha mencionado nada, así que supongo que no entra. O puede que sí. Si lo lees, P, quiero que sepas que te echo de menos. Y que una de las cosas que menos me gustan de vivir aquí es que no estás tú.

martes, 12 de julio de 2011

Libros (III)

Ha sido una mala racha de libros prestados. Lo que significa que he leído poco. Cuando los libros no me gustan pero no tengo nada esperando en la estantería, en vez de dejarlos (que es lo que debería hacer) los voy leyendo muy poco a poco, hasta que los acabo y digo "por fin". Es ridículo, no debería hacerlo, pero es lo que hago. Prefiero leer un libro que no me gusta a no leer nada. Aunque sea un ratillo antes de dormir, necesito leer.

Bueno, aquí están, pocos y (la mayoría) cobardes. Aviso desde ya que el último es el mejor:

El sueño del androide, de John Scalzi
Tenía todos los ingredientes para gustarme. Ciencia ficción. Acción. Humor negro y un poco absurdo. Y casi me gusta. Casi.

El problema principal del libro es que hay una cantidad abrumadora de personajes con nombres fácilmente intercambiables, especialmente para mí que soy un asco recordando nombres. Me hubiese venido bien un glosario de personajes. Seguro que con eso hubiese conseguido gustarme. Bueno, posiblemente. Pero nunca lo sabremos.

Como no tenía glosario, me pasaba el tiempo buscando en las páginas anteriores quién coño era este o el otro, si era de los buenos o de los malos. Muchos cambiaban de bando y el contexto me liaba, pensaba que era uno de los malos porque estaba intrigando para matar a los prota, y resulta que era uno que creía bueno pero que no lo era. Un despropósito.

El club de los viernes + El club de los viernes se reune de nuevo, de Kate Jacobs
No quería leerlos, pero no tenía alternativa. Era esto o la serie del Sexo Cavernario. Entonces leí la crítica de Pétalo y me dije que mejor malo por conocer.

La historia es sencilla: mujeres que se juntan para hacer calceta. Cada una de su padre y de su madre. No tienen nada en común: ni edad, ni estado civil, ni nivel económico, ni nada. Realmente se juntan para tener compañía, en esa ciudad inhumana que es Nueva York.

Se supone que el personaje central es la dueña de la tienda de lanas. Que es toda una valiente, madre soltera, empresaria emprendedora... Pues tampoco me parece para tanto, la verdad. Es que me cayó gorda desde el principio, porque la tía está obsesionada por sus (malos) pelos, se tiene por una mujer con poco estilo, no demasiado guapa y tal. Pero el resto de personajes admiran sus maravillosos rizos, su estilo favorecedor y su preciosa cara. Y ella no se da cuenta. Una cosa es que te veas fea a pesar de que todo el mundo te diga que no lo eres. Eso es un complejo injustificado, todos tenemos los nuestros. Pero la prota se ve fea y no se da cuenta de que todo el mundo piensa lo contrario. Es estúpidamente modesta. Eso para mí es taaaan odiable.

El caso es que las mujeres del libro tienen sus problemillas, pero van tirando gracias al apoyo de las amigas. Pero luego pasa algo realmente malo: la dueña se muere de cáncer de útero. Si la prota de un libro muere y no te da ninguna pena... mal, ¿no?

Entonces se acaba el primer libro y empieza el segundo.

En el segundo, las amigas de la difunta están muy afectadas por lo sucedido. Tanto que no resulta muy creíble. O la autora no sabe transmitirlo, no sé. Pero siguen adelante, afrontan sus vidas, evolucionan y se hacen mejores personas. Fin. No me acuerdo ni de cómo acaba, de lo poco que me importaban todas ellas.

Por cierto, hay una especie de casualidad ABSURDA porque la hermana desaparecida de una de ellas resulta que es la abuela del novio de otra. No me jodas. Ahí te has pasado 4 pueblos, Kate.

El nombre del viento, de Patrick Rothfuss
Libro de fantasía para frikis, que pueden leer también los no tan frikis. El primero de una trilogía, según dice la wiki, pero todavía solo se ha publicado uno.

Me ha gustado bastante, pero a mí me suelen gustar estos libros. Voy a decir algo que puede originar lapidación: me ha gustado mucho más que el Señor de los Anillos. Hala, ya lo he dicho.

“He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con Dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí.”

El tal Kvothe cuenta su historia para que quede por escrito, y la empieza así. Como para ponerse cómodo y seguir leyendo.

En el primer libro cuenta su infancia y adolescencia. Primero vive con sus padres, feriantes. Luego es un vagabundo en una ciudad, la parte más dura, porque no es más que un niño y lo pasa fatal. Finalmente consigue entrar en la universidad y cuenta lo que le va pasando: hay aventura, hay chica, hay magia, hay amigos y enemigos. Esta parte fue la que más me gustó, estaba deseando tener un ratillo para coger el libro.




Ahora mismo estoy leyendo uno que no me está gustando nada. Y después tengo otros dos préstamos (no muy prometedores) esperando. Así que cuando tengo un ratillo, en vez de leer, cojo el móvil y miro a ver qué se cuece en twitter. Un horror.

lunes, 11 de julio de 2011

Centenario

Esta es la entrada número 100 del blog. Han pasado poco más de 600 días desde que escribí la primera. Eso significa que hay, de media, una entrada cada 6 días. Pero no es cierto, porque tuve el blog abandonado durante muchos meses, casi 300 días. Es decir, el blog ha estado operativo solo la mitad del tiempo, menos de un año. 100 entradas en menos de un año es mucho más de lo que esperaba escribir cuando lo empecé. Pero tenerlo parado 10 meses también es mucho más de lo que esperaba cuando lo empecé.

La verdad es que si tengo tiempo en el curro, escribo bastante. Si no tengo tiempo en el curro, soy incapaz de sacar tiempo para escribir. Yo tardo bastante en escribir las entradas. El tema lo perfilo mentalmente, pero no lo escribo hasta que empiezo a teclear. Y reescribo, borro, edito, reordeno, corrijo mil veces antes de publicar. Cuando le doy a publicar empiezo a plantearme que es un truño. Le doy vueltas y más vueltas pensando lo que tenía que haber escrito. Cuando lo leo un par de días después pienso que tampoco está tan mal. Cuando lo leo meses después ni reconozco lo que he escrito.

Gracias a todos los que os habéis pasado por aquí y habéis leído. Gracias a todos los que habéis dejado algún comentario. Gracias a todos los que escribís un blog y me dejáis leerlo.

Gracias.

viernes, 8 de julio de 2011

Depresión posvacacional 2011

Desde la última entrada han pasado muchas cosas, la principal que estuve de vacaciones en mi pueblo, otra vez. El año pasado ya hubo un post contando que había estado y pidiendo disculpas por no actualizar más a menudo. No hemos cambiado mucho desde entonces, por lo visto. Este año Harry tampoco ha podido cogerse vacaciones, así que me he ido yo sola con el Peque, otra vez. Resumiendo mucho, aquí van los titulares de las vacaciones:

  • Mi hermana me hizo un (segundo) regalo de cumpleaños cojonudo: a pesar de que ya había visto dos veces “Hoy no me puedo levantar” me regaló una entrada para verla en el Euskalduna y se vino conmigo. Yo todavía no había podido verla, ni en Bilbao, ni en Coruña. Sé que algunos me apedrearán por decirlo pero Mecano fue, sin duda, la banda sonora de mi adolescencia. El primer disco (vinillo) que me compré fue de Mecano. Este tema se merece su propia entrada. De hecho, podría hacer una entrada con cada canción de Mecano y crear una etiqueta. Puede que lo haga. Entonces podréis tirarme piedras, ladrillos y hasta escupitajos.

  • Aproveché para ir de compras yo solita, sin el Peque. Hacía tanto tiempo que no lo hacía que reconozco que me decepcionó la experiencia: ¿siempre ha sido así de complicado? ¿O es que en los últimos años las tiendas han decidido ponerlo más difícil? ¿Qué puto criterio siguen para desperdigar las prendas por la tienda? No ponen juntos todos los pantalones, ni siquiera los agrupan por modelo o por color. Parece que la ropa se ha distribuido siguiendo el mismo patrón que las letras en el teclado: lo más difícil posible para que tengas que recorrerte tooooda la tienda buscando pantalones negros de una talla concreta. Se me ocurrió comprar sujetadores y perdí las cervicales descolgando perchitas minúsculas que estaban a una altura totalmente absurda para encontrar las etiquetas correctas con la talla, que venía en el formato de 80 países distintos. Un puto infierno. Mi idea era comprar 2 sujetadores de cada color y me llevé uno que, una vez en casa, me di cuenta de que tampoco me estaba muy bien. Cada vez que pienso que tengo que comprarme más sujetadores me acuerdo y me duele el cuello. Ay.

  • Tuve una experiencia de lo más increíble en el Eroski de mi pueblo, por culpa de los códigos de barra. Acabó bien. De hecho, tengo que decir que la atención al cliente fue estupenda. Tanto que igual escribo una entrada para compensar todas las veces que he contado mis cabreos con este tipo de cosas.

  • Fuimos a Cabárceno con el Peque y fue increíble. Le encantan los animales y lo pasó genial. Yo ya había estado tres veces antes y estoy pensando en volver cada año. Si no lo conocéis, hacedme caso y visitadlo.

  • El día 1 de Julio, como todos los años, volvimos a sacar a la Virgen de la Guía de su urna y la paseamos un poco por la ría y por el pueblo, para que viese un poco de mundo. Luego la volvimos a encerrar hasta el año que viene, no sea que tenga un desliz y deje de ser virgen y nos quedemos sin fiesta.

  • A pesar de haber estado allí toda la semana, no pude ver a mi mejor amiga. Y me ha jodido mucho. No toda la culpa es de ella, pero no puedo evitar estar dolida. No voy a ahondar más en el tema, de momento.

Y para acabar, el momento deprimente tras las vacaciones: tengo el blog abandonado. En el curro vuelvo a estar más que liada. En casa no puedo estar más de 5 minutos seguidos a mi bola. Por eso utilizo más el Twitter que el blog: puedo escribir algo en el curro en un ratillo, mientras voy y vengo del coche, aprovechando que el Peque está viendo otra vez Cars o justo antes de meterme en la cama. Aunque hay días que ni eso. Me he propuesto dedicarle un tiempo fijo todas las semanas, qué sé yo, los domingos de 9 a 10 o algo así, pero viendo lo que pasó el año pasado, no me creo a mí misma, así que no voy a mentiros a vosotros. Haré lo que pueda.



PD: empiezan las fiestas del Carmen, así que aprovecho para felicitar a todos los que rinden tributo a la Virgen del Mar, especialmente a los aldeanos de Santurtzi y los macarrillas de Barakaldo.

miércoles, 22 de junio de 2011

Instrucciones precisas

Como os conté hace una semana, iban a operar al Peque de tres de las cosas más habituales en niños de su edad. De hecho, están en la lista de operaciones frecuentes (ver aquí). Teníamos la operación programada para el jueves 16 a las 16:00. Mi madre se vino en autobús de Bilbao el miércoles para echarnos una mano. Mi padre no podía venir porque sigue con muletas desde el estropicio que se hizo en el pie. Harry y yo avisamos en el trabajo y el jueves nos quedamos en casa para evitar que el Peque comiese o bebiese nada desde las 10:00. Todo estaba listo.

El miércoles a las 10:22 me llamaron del hospital. Que no tenían camas y tenían que aplazar la operación al día 30. Prácticamente le supliqué a la enfermera que no me hiciese esa putada, que era un problema logístico gordísimo, que ya habíamos faltado al trabajo, que toda la familia de fuera se iba a desplazar (bueno, vale, exageré un poco). Me pidió que le diese algo de tiempo para ver si podía arreglarlo. Volvieron a llamar 5 minutos después y dijeron que podían operarle al día siguiente. Bueno, no estaba mal. Unas horas más de angustia y nervios y estaría hecho.

Operaron al Peque el día 17. Todo salió bien, pero las 3 operaciones se convirtieron en 4. Si habéis visto la lista que enlacé antes, había 5 operaciones en ella: una es de chicas, las otras 4 se las hicieron a mi Peque el viernes pasado.

No os voy a contar la angustia que pasamos durante los 80 minutos que duró la operación porque no creo que pueda expresarlo con palabras. Cuando el cirujano nos llamó al teléfono de la habitación para contarnos que todo había salido bien, fue como despertar de una pesadilla.

Al cabo de un rato lo subieron a la habitación. Venía llorando pero en cuanto le cogí en brazos se calmó. Me dijeron que lo mejor que podía hacer era tumbarme en la cama con él para que estuviese tranquilo. Y ahí estuvimos los dos, como el día que vino al mundo, acurrucados en una cama de hospital.

El cirujano vino también a la habitación y nos dio un montón de instrucciones que traía apuntadas en un papel: que si la pomada tal, que si no-sé-cuántos mililitros de Dalsy, que si no-sé-cuántos mililitros de Apiretal, que si cita para revisión el martes siguiente... Le escuché atentamente, aunque evidentemente no me quedé ni con el nombre de la pomada (no era ninguna de las que había usado con anterioridad) ni con las dosis exactas de los analgésicos (que de todas formas vienen en el prospecto). El resto lo procesé todo, incluso la cita de la revisión, fecha y hora.

El cirujano se fue y dijo que volvería al día siguiente a las 7:30 de la mañana para darle el alta médica. No nos entregó el papel con las instrucciones, pero pensé que nos lo daría antes de que nos fuésemos.

El Peque, en su línea, se comportó como todo un valiente. Cenó con ganas, jugó con su nuevo camión y luego se quedó dormido y apenas despertó en toda la noche. Vinieron varias enfermeras, incluso el pediatra de guardia, para comprobar que todo iba correctamente.

A las 7:30 vino el cirujano y nos dijo que todo estaba perfectamente, y que no me olvidase de las instrucciones que me había dado el día anterior.
- Bueno, no me he quedado con el nombre de la pomada.
- Pues te lo dije ayer.
- Sí, pero no lo apunté. Pensé que ibas a dármelo todo por escrito.
- Espera un momento.
Me pareció un poco borde, pero pensé que era por madrugar tanto en sábado. Al cabo de un rato vino y me entregó el parte de alta, en donde estaba escrito todo lo que él había comentado el día anterior. De hecho, estoy casi segura de que el papel que él tenía el día anterior era la copia rosa del que me entregó.

El Peque salió del hospital por su propio pie y llegó a casa la mar de contento. Al cabo de un rato llegaron también los padres de Harry con Blancanieves. El Peque adora a su hermana y estuvo casi todo el día jugando con ella en el jardín. Nos daba un poco de miedo que se diese algún golpe, pero parecía estar perfectamente y se movía como si no tuviese nada.

El martes teníamos cita con el cirujano para la revisión. Como era a media tarde, me acompañó mi madre, Harry no salió del trabajo. Pasó lo siguiente:
- Hola, buenas tardes.
- Ah, hola, sí, veamos, le operamos el día 17 de tal, tal y pascual...
Lo dijo mientras miraba el historial, no se lo sabía de memoria. No se lo critico, operó a cinco niños ese mismo día.
- Veamos que tal está todo... aaaah, sí, muuuy bieeeen, todo perfeeeecto.
- ¿Todo bien entonces?
- Sí, todo bien. Tienes que hacerle las curas unos días más y procura que no se suba al tobogán en un par de semanas, jejeje.
- ¡Pero si el día que le dieron el alta ya se montó en el tobogán!
- ¿Qué? ¡Pero si te dije que tenía que hacer reposo absoluto durante varios días!
- No solo no me lo dijiste, sino que tampoco lo escribiste en el parte de alta.
- Bueno, puede que no lo escribiese en el parte de alta, pero estoy seguro de que te lo dije de palabra.
- Pues desde luego que no lo sabía, y el Peque ha estado haciendo vida normal desde que salió del hospital.
- Pues es un milagro que todo esté bien y que no se le hayan saltado los puntos. De hecho, estoy asombrado.

Estoy planteándome qué hacer. Todo ha salido bien y no sé si merece la pena liarla pero, por favor, que alguien me conteste a las siguientes preguntas:
- ¿por qué un cirujano que no recuerda de qué ha operado a mi hijo dice acordarse de las instrucciones verbales que me ha dado?
- La noche de la operación, la primera vez que nos dio las instrucciones, estábamos Harry, mi madre y yo presentes. ¿Por qué ninguno de los tres recordamos que nos mencionase ninguna limitación a la movilidad?
- La mañana del alta, estábamos mi madre y yo presentes. ¿Por qué ninguna e las dos recordamos que nos mencionase ninguna limitación a la movilidad?
- ¿por qué un cirujano cree que yo olvidaría una instrucción precisa y seria si me la hubiese mencionado?
- ¿por qué un cirujano olvida escribir en un parte de alta que el paciente requiere reposo absoluto?
- ¿cómo se supone que se consigue que un niño de dos años haga reposo absoluto? De hecho, si me hubiese dicho algo semejante (incluso reposo parcial) hubiese pedido sedantes para el Peque y/o calmantes para nosotros!!

Hacía mucho que no acababa un post diciendo... ¡capullo!

miércoles, 15 de junio de 2011

Miedo

Hoy es mi cumpleaños. Cumplo 40 años.

En estos años he pasado verdadero miedo en algunas ocasiones. Hablo de miedo del que te empieza en los ojos, te cubre la vista, te deja la cara como gelatina. Luego te aprieta el pecho y baja al estómago, donde licua el contenido de tus intestinos. Acaba en tus rodillas y sientes que no te tienes en pie. Y cuando ha finalizado el recorrido, todo tu cuerpo tiembla. Tienes la sensación de que te han sacado todo el calor corporal. El mundo se difumina y no puedes fijar la vista en nada.

Ese miedo.

Tenía 8 años y mi hermano había nacido hacía muy poco. Mi madre bajó un momento a un recado, justo al lado del portal. No debió tardar ni 10 minutos. Yo me quedé con mi hermano en brazos, sentada a la mesa de la cocina, sin moverme. Pero él sí se movió, y se dió un golpe en la cabeza contra la mesa. No muy fuerte, pero era muy pequeño. Empezó a berrear y le dio la apnea del llanto. No era la primera vez, y yo sabía qué hacer porque se lo había visto a mi madre. Pero no es fácil poner boca abajo a un niño de un par de meses cuando tienes ocho años. Cuando volvió mi madre llorábamos los dos. Hubo un momento que pensé que se me iba a morir. Creo que de aquello vino que durante la mayor parte de mi vida no me gustasen los niños.

La siguiente la he contado hace poco: cuando volví del viaje de estudios de 8º y hubo un consejo de guerra. Os puede parecer una bobada, pero en aquella reunión se hablaba de expulsar del colegio a los responsables. Yo era de las que sacan sobresalientes, iba a ir al instituto y luego a la universidad y hacerme astronauta y vivir en Guasintón. Aquella gilipollez podía fustrar todos mis sueños. Fue espantoso.

Cuando tenía 19 años yo salía con un chungo, pero no lo sabía porque estaba enamorada. Cuando se me acabó el amor y me di cuenta de lo chungo que era, le dejé. Bueno, lo intenté, pero no se dejaba dejar. Al final la ruptura fue bastante traumática... y traumatológica. Las semanas siguientes el chungo estuvo llamando a todas horas y siguiéndome con el coche cada vez que salía de casa. Durante ese tiempo el miedo era mi segunda piel.

La primera vez que tuve que conducir en Alemania después de haber nevado toda la noche, mi coche dio varios trombos al entrar en la autopista. Por suerte apenas había tráfico.

Una vez que estaba paseando a mi perro (pequeño y adorable) nos atacaron dos perros (enormes y agresivos) cuyo dueño ni siquiera estaba a la vista. Al final no pasó nada, pero no pude andar en un buen rato.

Cuando vivía sola en Portugalete los alcohólicos del piso de abajo discutían a gritos por la noche. Una vez empecé a golpear el suelo y mi vecino subió a aporrarme la puerta de mi casa.

Mañana operan a mi hijo de dos años. Es una operación triple, de las tres cosas más habituales de las que se opera un niño de esa edad. Todo el mundo me dice que no me preocupe, que son operaciones poco invasivas, que el cirujano hace varias todos los días, que a esta edad se recuperan muy rápido y que todo va a salir bien.

Ese miedo.

viernes, 10 de junio de 2011

Dibus

Habrá un montón de gente que quiera lapidarme por ello, pero yo dejo que mi hijo vea la tele. Le pongo pelis y series acordes a su edad, por supuesto.

Cuando era más pequeño podía ver cualquier cosa mientras él hacía las cosas que hacen los bebés pequeños (básicamente, desgastar el chupete y jugar con su pie). Al ir creciendo empezó a reclamar sus series y películas, y ya no me deja ver nada. Ahora ya no puedo poner un episodio de Bones mientras plancho y él pulula por el salón. Tengo que ponerle sus cosas y planchar al ritmo de "bajo el mar".

Empezó con Pocoyó. Me he visto los episodios tantas veces que me los sé de memoria. Hubo un viaje, volviendo de Bilbao a Coruña, que le pusimos un DVD en bucle y nos escuchamos los mismos 4 episodios unas 10 veces. Ese DVD no lo he vuelto a poner nunca. En cuanto oigo el título de uno de esos episodios me dan sudores fríos.

Harry le tiene ojeriza a Eli, dice que es una presumida y una sabionda. A mí técnicamente la serie me parece una pasada: me flipa cómo consiguen tanta expresividad cambiando solo los ojos y la boca de los muñecos. Y el narrador lo vive, lo da todo.

Luego intentamos ampliar sus horizontes con otras series: la oveja Timmy y sus colegas de guardería. En la canción de la cabecera dicen "en hacerse el guay es el mejor". La serie es totalmente distinta de Pocoyó. No se habla, pero da mucho más juego. Le vas contando tú lo que piensan y dicen los bichillos. El narrador eres tú y te entregas como si estuvieses haciendo un casting para sustituir al de Pocoyó. Además, como te cuenta las actividades de la guarde de Timmy, te da algunas ideas para entretener a tu bicho.

Hubo también un intento con Pat el Cartero, pero no funcionó. Es una serie de lo más tonta. Ni al Peque ni a mí nos gusta.

He probado a ver con él cosas de mi época (la abeja Maya, Barrio Sésamo) pero al cabo de 2 minutos me da vergüenza haber pensado que eso merecía la pena.

Hace poco el Peque descubrió a los pingüinos de Madagascar en casa de la canguro y durante un par de días los pedía. Una vez que los tuve, resultó que tampoco le gustan demasiado. A Harry le chiflan y se empeña en ponérselos, pero el Peque pasa millas.

Y luego están las pelis de Disney y Pixar. El problema para conseguir una de esas películas es que si las buscas con la mula, el 50% de las veces te estás bajando porno. Todavía no he conseguido una versión de la Bella y la Bestia que sea para niños. Las versiones que tuve no eran ni para adultos...

En cualquier caso, la primera vez que ves una de esas películas te mola. Pero si algo tienen los niños pequeños es que son capaces de hacer algo en bucle infinito. Te piden todos los días el mismo cuento, quieren comer siempre con la misma cuchara, ponerse siempre los mismos zapatos y ver siempre la misma película. Así que en un par de días empiezas a ver los fallos de argumento, algún personaje te empieza a caer francamente gordo, la voz de otro te saca de tus casillas y hay alguna frase de la canción traducida al español que te tiene obsesionado porque no le ves el sentido.

Aquí dejo algunas preguntas que me han ido surgiendo:
  • ¿quién le ha hecho el taparrabos a Mowgli en El Libro de la Selva? ¿Su mamá loba?

  • ¿por qué cree la Sirenita que en la superficie no prohíben nada? Y lo que es peor ¿por qué no dejan claro en algún momento de la película que prohibir cosas no está tan mal? Se supone que esas pelis tienen que educar un poquito, ¿no?

  • ¿por qué Rayo McQueen da media vuelta para volver a la autopista y acaba en un pueblo por el que no pasó en el camino de ida?

  • ¿quién le corta el pelo a Simba y le hace ese desfilado tan femenino?

  • ¿quién le ha enseñado a pelear a Simba, si se pasa el día comiendo bichos y no ha matado ni a un ratón?
Como veo que os interesa el tema (habéis llegado hasta aquí), os sugiero que echéis un vistazo al blog de Molinos porque tiene algunos posts geniales que os van a encantar: aquí, aquí y aquí.

jueves, 9 de junio de 2011

Junio 2006

Hace cinco años visité Coruña por primera vez. Nunca antes había estado en Galicia.

Hace cinco años yo llevaba uno currando en una empresa que pertenecía a un grupo empresarial que me había parecido ideal para mi desarrollo profesional. Hace cinco años yo todavía creía en eso del desarrollo profesional. La empresa en cuestión fue vendida unos meses después de incorporarme yo y dejó de pertenecer al grupo empresarial. Lo que era una putada doble: por una parte, el desarrollo profesional iba a ser un asco; por otra, el proyecto para el que me habían contratado se iba a suspender. Como yo formaba parte del comité de empresa (accidentalmente) me ofrecieron una cuantiosa indemnización para que me fuese sin montar mucho escándalo. A mí tampoco me interesaba mucho quedarme después de la venta, y menos sin proyecto, así que acepté.

Hace cinco años, el 6 del 6 del 6, me quedé en el paro (remunerado) por primera vez en mi vida.



Hace cinco años yo salía con el chungo Bodyguard (algún día me sentaré a escribirlo y lo mandaré a QaD). El chungo en cuestión vivía en Bizkaia porque era escolta allí, pero originariamente era de un barrio muy chungo de Coruña. Llevábamos saliendo poco tiempo pero la cosa se había puesto muy intensa. Por una serie de circunstancias muy chungas al Bodyguard le obligaron a cogerse unos días de vacaciones. Y yo me iba a quedar en el paro. Así que se nos ocurrió la feliz idea de venirnos unos días a Coruña.

El chungo quería venir en moto, pero era evidente que yo no iba a aguantar un viaje tan largo en moto. Así que finalmente él se vino en moto y yo en mi coche. La idea era aparcar el coche al llegar y movernos siempre en moto.

Llegamos a Coruña el sábado día 10, agotados. En estos cinco años he vuelto a hacerme el viaje muchas veces, y cada vez hay más tramos de autopista abiertos, pero entonces el viaje era casi entero por carreteras llenas de curvas, puertos de montaña y tractores. Un horror.

El domingo día 11 un amigo del chungo nos invitó a dar una vuelta en barco. Me mareé tanto que creía que no iba a volver a poder fijar la vista el resto de mi vida. Después tuvimos que recorrer unos cuantos kilómetros en moto. Cuando me bajé las piernas apenas me respondían. Me dolía todo. Era como la peor gripe de mi vida + la peor menstruación de mi vida + el peor mareo de mi vida. Me encontraba realmente mal.

Esa noche no pude comer, todo me daba nauseas. La vuelta al hotel en moto fue el horror, creía que en cualquier momento iba a caerme.

Al día siguiente, después de un desayuno que apenas pude probar, el chungo quería pasar un rato en la piscina climatizada y el gimnasio del hotel. En lo que me preparaba para bajar a la piscina tuve que ir al baño cinco veces, así que decidí que no tenía sentido acompañarle. Me quedé en la habitación.

Cuando el chungo volvió a la habitación yo apenas podía incorporarme en la cama. Pero estaba convencida de que había cogido una gripe de esas que te dan gastroenteritis, y que era cuestión de horas que me encontrase mejor.

El chungo se largó dejándome sola en la habitación y volvió casi a medianoche. Me llamó varias veces al móvil para asegurarse de que estaba viva.

Ese día tuve fiebre bastante alta. Yo soy de las que no consigue que el termómetro suba de 35 en días normales. Cuando yo tengo 37º (y los médicos dicen "no es fiebre") me siento a morir. Ese día tuve bastante más pero no sé cuánto más, porque una no se lleva un termómetro cuando va de vacaciones con su novio. No había llevado ni pijama, como para llevar termómetro.

Como digo, a eso de la medianoche volvió el chungo y cuando vio mi temperatura corporal se asustó un poco. Yo insistí en esperar al día siguiente para ver si se me pasaba.

A la mañana siguiente, martes y 13, no tenía tanta fiebre, pero se me había hinchado la cara de una manera espantosa. Parecía una muñeca chochona. Se me había cortado la "gastroenteritis" pero el nuevo síntoma me acojonaba bastante más. Fuimos a urgencias.

Unas horas después tuve que llamar a mi madre al móvil y decirle que me iban a operar de apendicitis en Coruña.

Hace un mes mi padre vino a visitarme y acabó siendo operado del pie en el mismo hospital en el que a mí me operaron de apendicitis hace cinco años.

miércoles, 8 de junio de 2011

Me gusta tu blog

Ayer recibí un email a la cuenta de correo del blog. Viene de una dirección de hotmail y dice así:

Hola

Me llamo Fulanita, soy administradora de un directorio y me ha gustado su página otrabrujanaranja.blogspot.com tus relatos estan entretenidos. Por ello, me encantaría contar con tu sitio en mi directorio, consiguiendo que mis visitantes entren también en su blog.

Si estás de acuerdo. Házmelo saber.

Suerte con tu blog y que tengas un buen día.


Vamos a ver, Fulanita: eres administradora de "un directorio". ¿Y no me puedes decir cuál? ¿Es un directorio super secreto? ¿Es una sorpresa? ¿Es mentira? Y de todas formas ¿qué es un directorio? Y no sé si quiero que tus visitantes entren también en mi blog, habrá que ver quiénes son, habrá que ver cómo han llegado a tu directorio super secreto...

He buscado en google y he visto el mismo texto en los comentarios de muchos blogs. Supongo que esto tiene alguna finalidad, pero se me escapa cuál. Si lo que persiguen es, simplemente, que conteste al email, ¿qué ganan? ¿un nuevo contacto al que mandar spam?

La verdad es que el texto suele estar personalizado. A mí me dicen que los relatos están entretenidos, a otros les ponen incluso una referencia al tema del post. A mí me desean un buen día, en otros desean un buen fin de semana.

He buscado también información sobre si esto es un timo, pero no encuentro nada.

¿Alguien sabe qué intentan conseguir con esto?

martes, 7 de junio de 2011

Mi router está kaputt - capítulo III

La segunda parte está aquí, pero os hago un pequeño resumen: el domingo se había roto el router y el miércoles nos trajeron uno nuevo. Pero todos los routers de la compañía daban problemas ese día. O eso, o el teleoperador no se fiaba de mí.


Después del intento infructuoso del miércoles, el jueves decidí que podía pasar sin ver la tele y sin usar el teléfono fijo. Tenía un libro para leer y mi familia me llama al móvil. La familia de Harry solo llama al fijo, pero eso no me parecía un problema grave.

El viernes Harry se fue a buscar a Blancanieves, pero me llamó desde el coche:
- Bruja, a las 18:00 te van a llamar los del teléfono para ayudarte a configurar el router.
- ¿Y eso? ¿Les has llamado tú?
- No, me han llamado ellos.
- No me lo creo.
- Yo no te mentiría, Bruja. De verdad, de verdad, de la buena, que me han llamado ellos preocupados porque todavía no nos funcione el router.

- Mientes más que hablas.
- Bueno, lo dicho, que te van a llamar.
- Son las 17:45 y estoy con el Peque en la calle. No voy a entrar ahora a mirar lo del router.
- Jo, Bruja, tendremos que arreglarlo, ¿no?
- Me voy a c*g*r en todo lo que se menea, j*d*r, no me apetece una m**rd* ponerme ahora con eso.
- No digas tacos delante del Peque. No me extraña que todavía no hable, seguro que cuando empezó a hablar en la guarde le lavaron la boca con jabón y ya no se atreve.

Entré en casa, encendí el ordenador y entré en la página de configuración del router. Seguía diciendo que no tenía conexión a internet, ni teléfono fijo, ni nada para lo que sirven los routers. Lo reinicié un par de veces y seguía sin funcionar. Esperé hasta las 18:10 y salí de nuevo con el Peque, que llevaba todo el rato protestando a gritos. Bueno, tal vez estaba imitándome.

El sábado Harry volvió a llamar al servicio de atención al cliente y se puso él mismo a seguir las instrucciones que le iban dando. Intentó de todo, incluso meter un palillo por un agujerillo del router para reiniciarlo, pero seguía sin funcionar. Finalmente, después de un buen rato haciendo el monguer, el teleoperador le dijo que era un problema generalizado de la companía en toda la zona de Coruña. Que se iba a solucionar ese mismo día. El primer paso del protocolo de atención al cliente es "comprueba que no es un problema generalizado". El último paso es "si nada de lo anterior ha funcionado, di que es un problema generalizado".

El domingo seguía sin funcionar y Harry llamó de nuevo. Para entonces había pasado del modo "hola-buenas-tardes" al modo "mira-vamos-a-ver". Le hicieron configurar el router desde el principio, y conseguimos acceso a internet. El fijo también funcionaba, aunque con mucho ruido de fondo. Durante casi 5 minutos pensamos que el problema estaba solucionado... luego se cayó todo. Oooooooh.

Volvió a llamar. Empezábamos a hacer cuentas de cuántas llamadas (a razón de 59 céntimos cada una) estábamos haciendo. Harry estaba cada vez más cabreado, había entrado en el modo "me-voy-a-cambiar-de-proveedor". Se pone muy sexi cuando la bronca no es para mí.

Le dijeron que ellos no veían ningún ordenador conectado a nuestro router. Pero tampoco les constaba que no estuviese funcionando correctamente. Ay, cierra esa página que nos ven. Un rato después volvíamos a tener internet y teléfono fijo. Nos prometieron que iban a estar monitorizando nuestro router durante unas horas para ver si fallaba algo. ¡¡¡No vuelvas a abrir esa página, que nos ven!!! Desde entonces, ha funcionado perfectamente. El problema ha durado, hora arriba o abajo, 7 días. Debe ser que si dura más tienen que hacerte descuento, porque resulta de lo más sospechoso.

Ya no salta el contestador, pero tengo que averiguar cómo escuchar los mensajes que me hayan podido dejar estos días. Y tengo a JackSparrow bajando episodios a lo loco, que el sábado tuve que verme una película de Silvester Stallone y no quiero repetir la experiencia

Esperemos que en la próxima tormenta de verano no se rompa de nuevo, porque creo que a Harry le dará una embolia.

lunes, 6 de junio de 2011

Mi router está kaputt - capítulo II

La primera parte está aquí, pero os hago un pequeño resumen: el domingo se había roto el router y el miércoles iban a traernos el nuevo.


El martes por la tarde seguíamos teniendo un contestador, algo muy previsible porque no había llegado ningún SMS de que la incidencia hubiese sido resuelta. Pero oye, nos iba a llegar el nuevo router al día siguiente, pasamos de llamar otra vez porque se pierde más tiempo en conseguir que la maquinita te ponga con la persona correcta que en avisar a todos nuestros familiares de que no tenemos teléfono fijo.

El miércoles le dejamos a la canguro/asistenta el router quemado y le dijimos que llegaría uno nuevo. El transportista volvió a llamarme al móvil para preguntarme si iba a haber alguien. Volvió a preguntarme por dónde caía eso, que si tenía que girar a la izquierda después de la rotonda y tal. Pues sí, como ayer, que yo sepa no han hecho una nueva circunvalación ni nada. Todavía no podía especificarme la hora a la que iban a pasar porque "eso depende del reparto, ¿entiende? Si en una entrega tardamos un poco más o un poco menos, yo no puedo decirle a usted una hora específica". Eso es que se cree el mito porno de que le va a abrir una tía en picardías y lo mismo se retrasa.

El miércoles por la tarde teníamos el router nuevo pero no tenía ni pizca de ganas de configurarlo. Pero es que ya no nos quedaban episodios de ninguna serie para ver, el ordenador JackSparrow estaba apagado desde el domingo, ¡empezaba a urgir mucho! Al final me puse a configurarlo a eso de las 22:30 aprox. A las 22:50 ya estaba harta del router. Lo había conectado por cable al Sparrow y por wifi al mini-portátil y no había forma. Y tampoco funcionaba el teléfono fijo. Eso sí, teníamos un contestador recogiendo nuestras llamadas.

Llamé a la atención al cliente. Después de hablar con la maquinita durante un buen rato conseguí que me pusiesen con una humana, que me dijo que tenía que llamar al servicio técnico. Otro número distinto. No, no me podía pasar ella. Oye, que no cuelgues que te hacen una encuesta sobre el grado de satisfacción. Vaya, pues he colgado.

Llamé al servicio técnico. Tienen la misma maquinita. Pero esta te confirma tus opciones SIEMPRE ."Ha dicho que su consulta tiene que ver con ADSL. Si es correcto diga continuar; en caso contrario diga cancelar". Al principio de la llamada me habían informado de que la llamada, cualquiera que fuese su duración, me iba a costar solo 50 céntimos. Más IVA. 59 céntimos en total. Si ya te avisan de que no depende de la duración, es mala señal. Significa que no tienen prisa.

Al final también me pusieron con un humano. O puede que no.
- Buenas noches. Es que se me ha roto el router y me habéis mandado hoy uno nuevo y estoy intentando configurarlo y esto no va bien.
- Ahá. ¿Es usted el titular de la línea?
- Sí, yo misma.
- ¿Me dice su DNI, por favor?.
- Sí, claro es el 99.666.666 letra T de Teruel.
- ¿T de Toledo?
- Bueno, vale, pues T de Toledo.
- Pero la línea está a nombre de...
- Bruja Naranja. Sí, soy yo.
Aclaración: es que mi nombre es vasco, y la gente lo lee y piensa que soy un chico, no sé cómo explicar eso en el diálogo sin decir mi nombre.
- ¿Y su código postal es?
- 15995
- Mmmmm. ¿Ha cambiado de dirección hace poco?
- Sí, pero el código postal es el mism.... Ah, vale. Ya sé lo que pasa, vosotros tenéis el 15996 porque era la única forma de que vuestra página web me dejase meter mi dirección, porque tenéis la lista de códigos postales sin actualizar.
- Mmmmm. ¿Me dice la dirección?
- Sí, es en tal calle, número 666 de Gaitabilich.
- Mmmmm.
No me cree, lo sé, cree que soy una vecina intentando conectarme a la wifi de la Bruja Naranja, que además es un tío. Pero si soy una vecina me sabría el código postal, ¿no?
- ¿Y cuál es el problema?
- Que no puedo configurar el router.
- Un segundo, por favor.
[... ]
- Sí, mire, hoy no se puede configurar ninguno de nuestros routers, están fallando todos. Pero si mañana nos llama le ayudaremos.
- Creo que no te he entendido bien, jejeje.
- Es que hoy eso está fallando. Pero seguro que mañana estará corregido. Si mañana no le funciona, nos llama y estaremos encantados de ayudarle.
- WTF???!!!!
- Y no cuelgue que le van a hacer una encuesta de satisfacción con la atención que le he prestado.
- ¡Que no puedo! ¡Que mi hermana me tiene prohibido insultarles!

Continuará...

viernes, 3 de junio de 2011

Mi router está kaputt - capítulo I

En casa tenemos teléfono fijo e internet a través de una empresa de telefonía móvil. El cable es de los de siempre, los azules, pero el servicio es de los otros, los rojos. Ya no sé si estoy hablando de teléfono o de elecciones...

La instalación de dicho cable nos costó no pocos disgustos, porque la compañía tiene un poste en MI finca, pero desde ese poste hasta mi casa, no había cable. Y no me lo querían poner. Jo, mejor no cuento eso que me voy a poner de muy mala leche y hoy no tengo tanta energía...

Al final pusimos el cable nosotros mismos hasta la casa... y la compañía azul nos puso alguna otra cosa que necesitábamos... y la compañía roja nos mandó un router... y se pasaron por allí para comprobar que todo funcionaba... Y ya teníamos teléfono fijo y adsl y wifi y todo super bien.

Pero el domingo pasado hubo tormenta. Mientras estábamos en la sala, hablando por el teléfono fijo con Blancanieves, con el ordenador JackSparrow conectado al adsl por cable, mi móvil por wifi y no sé si alguna cosa más ... craccccssss. Y al principio pensamos que había sido un foco, porque hubo fogonazo y todo. Pero luego resultó que los focos seguían funcionando, y lo que ya no tenía lucecitas era el router. Y olía un poquito a quemado.

Harry cogió un móvil y llamó a la compañía roja para dar parte de la avería. Lo que siempre acaba con mi paciencia porque yo soy la titular de la línea y Harry no se sabe ni mi DNI, ni mi número de móvil, ni mi fecha de nacimiento, ... Y tengo que ir cantándole todos los números que parezco un binguero. Pero si llamo yo, el teleoperador también acaba con mi paciencia. Y como mi hermana está trabajando en el sector, me tiene prohibido insultarles. A Harry le puedo insultar, mi hermana me ha dado permiso.

En la compañía roja nos dijeron que no había problema porque nos mandaban ipso-facto un router nuevo. Bueno, como era domingo no iba a ser tan ipso-facto, pero iba a ser rápido. También nos dijeron que nos iban a redireccionar todas las llamadas a mi móvil sin coste alguno.

Unas horas después mi madre me llamó al móvil y me preguntó desde cuándo teníamos contestador en el teléfono fijo. Parece que el redireccionamiento ese no iba muy bien. Pensamos que igual era una cuestión de tiempo, que se solucionaría pronto.

Al día siguiente (lunes) llamé al teléfono fijo de casa y seguía saltando un contestador. Así que Harry volvió a llamar a la compañía roja ... y yo le canté todos mis datos. Que sí, que lo iban a arreglar y que para ya mismo, a las 12 de la noche exactamente, se activaba el redireccionamiento. Pero a las 00:37 me llegó un SMS diciendo que "Seguimos trabajando en la resolución de su incidencia. Le informaremos cuando haya sido resuelta". A las 6:41 del martes me llegó exactamente el mismo SMS. Eso es que aún estaban trabajando y no había sido resuelta.

El martes a media mañana me llamaron al móvil. Era el transportista de mi nuevo router. Que a ver si estaba en casa. Qué cachondos son los transportistas, en serio. Alucinan pepinillos si les dices que no hay nadie en casa por las mañanas. Y mira que por las tardes sí que estoy, que ya me parece la leche. Pero es que por las tardes les pilla fatal, porque hacen el reparto de otra zona. Que si no va a haber nadie ninguna mañana. Bueno, los miércoles está la chica que limpia. Ah, vale, pues pasan el miércoles. Entre las 9 y las 13. Posiblemente antes de las 12. Seguro que son puntuales, se les nota que se toman los horarios muy en serio.

Continuará...

jueves, 2 de junio de 2011

Soy un pato, cuac cuac

Estoy sentada en mi mesa de la oficina, tomándome mi medio litro de café de las mañanas mientras leo... no sé, un blog, twitter o algo así. Concentradísma, vamos. De repente noto algo en la pierna. Como si hubiese algo bajo la mesa, por ejemplo mi perro (que está en casa), un compañero con problemas de personalidad (hay para elegir), o algo. Sé que no hay nada, pero me da un repeluco. Con el escalofrío, me tiro parte del café por encima. No me quemo porque siempre lo pido templado. Soy torpe pero no (tan) tonta.

Cocino arroz con setas. Cuezo el arroz en una cazuela. En una sartén muy grande frío ajos, cebolla, setas.. No os puedo contar más, es mi receta super secreta. En ese momento me interrumpen con alguna cosa importante y vital, como ayudar a Harry a buscar su móvil, sus llaves, su cabeza... El caso es que cuando vuelvo se me ha pegado un poco el refrito. Saco de la sartén inicial (A) lo que no está pegado y lo pongo en una sartén limpia (B). En la sartén A echo agua y un poco de detergente y lo pongo al fuego bajo, para que se suelte. Cuando el arroz está hervido, lo cuelo para quitar el agua y lo incorporo al refrito que está en la sartén... Mierda. Tengo que hervir más arroz.

Yo uso un sistema complejo para el azúcar. Tengo el paquete de azúcar que me venden en la tienda, el de papel que usa todo quisque. Y tengo un bote grande de azúcar en el que me cabe todo el paquete de papel. Así nunca tengo una paquete de papel a medias, con el riesgo de eso conllevaría en mis manos. Luego uso también un azucarero, en el que cabe el azúcar que necesito para varios días. Cuando relleno el azucarero, siempre (pero siempre, siempre, siempre) muevo primero el azúcar del bote grande con la cucharita del azucarero para que el azúcar esté sueltito. Luego inclino el bote grande encima del azucarero para que el azúcar caiga poquito a poco. Pero casi siempre queda un super-grumo de azúcar enorme que cae de repente y desborda el azucarero. Me paso todo el día oyendo crac-crac-crac cuando piso por la zona. Aunque pase la escoba, la aspiradora, una bayeta mojada y la lengua del perro. Sigue haciendo crac-crac-crac.

miércoles, 1 de junio de 2011

Viaje de estudios

En mi época se estudiaba en el colegio hasta octavo de EGB. Y en ese curso se hacía el viaje de estudios. Cuando me tocó a mí, a mediados de los ochenta, todavía era la época en la que los críos no daban miedo. Mi generación es esa en la que te decían "te va a reñir el señor" para que te comportases correctamente. El señor era el camarero y lo único que habías hecho para merecer esa amenaza era ponerte de rodillas en la silla de la cafetería. Había algún cafre, evidentemente, siempre los hay. Pero si a los más brutos de mi clase de entonces los metiesen ahora en una clase de segundo de ESO, pedirían asilo político.

Todos los años los alumnos hacíamos un montón de actividades para conseguir fondos para el viaje de estudios. Desde pasar películas en el gimnasio del colegio, hasta vender lacitos roji-blancos en la entrada de San Mamés los días que jugaba el Athletic. No se sacaba gran cosa, los padres tenían que acoquinar casi todo el importe. Y mi cole era un cole modesto, en un barrio obrero. Casi todos los padres trabajaban en la industria de la zona y ya había empezado la "reconversión" que cerró muchas de las fábricas.

Mi familia estaba muy implicada en el colegio. Tanto mi padre como alguno de mis tíos se encargaban de entrenar a los equipos de futbito, mi madre participaba en la organización de la fiesta de fin de curso... Ese tipo de cosas.

Cuando hubo que buscar acompañantes para el viaje de estudios, uno de los profesores se presentó voluntario, pero pidió que le acompañasen al menos dos padres. Esos dos padres fueron el mío y el de mi primo M. Yupi. La primera vez que iba a viajar fuera de casa y me acompañaban mi padre y mi tío. Me iba a desmelenar menos que la reina Sofía en una recepción oficial.

Antes de salir de viaje, mi madre me leyó la cartilla varias veces. Tienes que portarte mejor que nunca. Obedece a todo lo que te digan. Da ejemplo. Ayuda a tu padre y a tu tío en todo lo que puedas. Es mucha responsabilidad la que han asumido. Lo han hecho por vosotros, porque si no, se suspendía el viaje.

Mi padre y mi tío son bastante enrollados, la verdad. Ni yo, ni mi primo M, ni mi primo I, ni mi prima A (todos íbamos al viaje), ni ningún otro compañero puede decir que fuesen demasiado estrictos. Teníamos 13-14 años y nos dejaron bastante manga ancha. Tampoco es que fuésemos muy terribles, ya lo he dicho al principio, ni al más burro se le ocurría contestar a un padre cuando se ponía serio.

Una de las noches andábamos correteando por los pasillos del hotel, de habitación en habitación. Al ir a entrar en la habitación de unas compañeras, la puerta estaba cerrada. Llamamos a la puerta repetidas veces porque se oía gente dentro. Chicos y chicas. Finalmente un compañero abrió y dijo "No podíamos abrir porque a E le estaban metiendo mano". Jajaja.

Yo no sabía muy bien qué era eso de meter mano, pero había oído la expresión en algún sitio y sabía que era algo de mayores. Además, la idea era de lo más ridículo porque se trataba de E. No era muy popular porque era de esas empollonas que estudian un montón. Yo sacaba buenas notas sin esfuerzo y no le daba importancia. Pero E estudiaba mucho y te decía cosas como "ya he empezado a estudiar para el examen de la semana que viene". No era normal. Además, su madre era un coñazo de mujer. Avergonzaba a E en público y se chivaba a tu madre si te veía haciendo algo que le parecía incorrecto. Una cruz para tenerla como madre, como vecina o incluso como compatriota. Qué horror de mujer.

El viaje de estudios se acabó. Unos días después mi madre subió a casa, vino como un miura hacia mí y me preguntó si yo había dicho que a E le habían metido mano en el viaje. Yo no sabía muy bien cual era el problema. Era evidente que era mentira, una broma tonta. Pero mi madre se lo estaba tomando muy en serio. La que me cayó fue de órdago. Creo que me castigaron un año sin salir o algo por el estilo.

La madre de E había convocado a las madres del barrio y había dicho que iba a pedir responsabilidades porque habían difamado a su hija. Se hablaba de perder el honor, de mancillar el nombre, de... Era la primera vez que yo pensaba en nosotras como mujeres con honor y con un nombre que mancillar. De momento ni siquiera teníamos mucho cuidado al sentarnos con falda. Éramos unas crías. Sabíamos de dónde venían los niños pero pensábamos que besar a un chico era lo más lejos que llegabas antes de casarte. Flipaba en colores. Y también tenía muchísimo miedo. La cosa se estaba saliendo de madre a toda velocidad.

Hubo una reunión en el colegio. En una mesa enorme estaban sentados la directora, los profesores de mi curso, mi padre, mi tío, E, la madre de E, ... También estábamos algunos alumnos, para "declarar". Yo tuve que contar lo que había visto y oído. Fue acojonante.

Al final salió a la luz que en esa habitación estaban jugando a verdad-o-consecuencia, osea, el famoso juego de la botella. Y lo único que había hecho E era darle un beso a un compañero. Un beso en la cara. Pero le daba tanta vergüenza que mandó cerrar la puerta.

Eso era todo.

A mí me levantaron el castigo. A mi padre y mi tío no les pasó nada, a pesar de que la madre de E pedía que asumiesen que no nos habían cuidado debidamente, puesto que habían dejado que su hija jugase a verdad-o-consecuencia con chicos en una habitación cerrada.

A E le castigaron sin salir muchísimo tiempo. Estoy segura de que también hubo castigo físico. A la pobre no le ha ido muy bien en su vida. Yo he olvidado muchos de los detalles de la historia. Seguro que ella no.

PD: el viaje de estudios de Misia fue mucho más gracioso :-)

martes, 31 de mayo de 2011

Documentación innecesaria

Cuando empecé este blog, el objetivo era contar anécdotas de lo que suponía para mí vivir aquí, porque soy de una ciudad bastante industrial de Bizkaia y vivo en un pueblecito rural de Coruña. Al final, el blog ha ido degenerando evolucionando y cuento cualquier cosa que me venga a la cabeza. Pero hoy tengo una anécdota de las que quería contar originalmente.

Blancanieves es la hija que Harry tiene de su anterior matrimonio. Vive con la pirada de su madre en un pueblo de Orense y solo pasa con nosotros un fin de semana de cada dos y parte de las vacaciones. Harry se separó hace ya bastantes años y los acuerdos de entonces consideraban que los padres no tenían demasiados derechos sobre los hijos, aparte de pagar. Pero eso es otra historia.

El año que viene Blancanieves empezará la ESO en un colegio distinto al que asiste ahora. La semana pasada nos llamó para decirnos que necesitaba una copia del DNI de Harry para hacer la matrícula. Un par de días después volvió a llamar para decirnos que era urgente. Al fondo se oía la voz de la pirada de su madre metiendo prisa.

En principio, la petición no debería suponer ningún problema. Siempre tenemos los DNIs escaneados en el ordenador. Solo habría que coger el fichero y mandarlo por email pero... Harry y yo nos hemos hecho DNIs nuevos con la nueva dirección y aún no los tenemos escaneados. El motivo es poco creíble pero cierto: aunque tenemos dos escáners en casa, han dejado de funcionar los dos a la vez.

Había dos soluciones. La primera era coger el fichero con el DNI antiguo de Harry y mandarlo. Pero puesto que es la única información que el IES tendrá de él, convendría que tuviesen una dirección correcta. La segunda solución era sacar una fotocopia del nuevo DNI y mandarla por correo ordinario

Es una solución factible, pero me supone algunas molestias. La oficina de Correos de Gaitabilich no abre por las tardes, tendría que ir a la de Coruña. Y tendría que hacerlo yo. Y antes de tomarme la molestia prefiero estar segura de que realmente tengo que hacerlo.

Yo no soy desconfiada por naturaleza, pero con esta tía he aprendido a serlo. No voy a dar detalles ahora, pero la relación es mala-malísima.

El caso es que, sin muchas esperanzas, busqué en internet el IES en cuestión para ver si tenían una página web o algo. Ya me imaginaba que la probabilidad era escasa, pero por algún sitio tenía que empezar. No encontré ninguna página web de ese IES, pero sí de otros centros españoles. Y en ninguno pedían el DNI de los padres.

Conté hasta cien, cogí el teléfono y llamé al IES. Debería haber contado hasta doscientos...
- IES O Estudante Feliz, bo día.
- Buenos días. Quería saber qué documentación hay que presentar para la matrícula en primero de ESO.
- Uy, no sé. Espera que te lo pregunto en secretaría.
.....
- ¿Hola? Mira, me dicen que te tienes que pasar por aquí, porque hay que rellenar una solicitud y...
- Ya me imagino que habrá que rellenar algo, pero necesito saber qué documentación tengo que presentar.
- Pues es que yo no lo sé, soy el conserje. Te voy a pasar con las de secretaría y ellas te dicen.
- Vale, gracias.
....
- Sí, dígameee
- Buenos días. Quería saber qué documentación hay que presentar para la matrícula en primero de ESO.
- Bueno, es que ahora mismo todavía no te puedes matricular. Ahora estamos recogiendo las solicitudes y luego ya te diremos si te hemos admitido y entonces tendrás que hacer la matrícula.
- ¿Y no me puedes decir qué documentación necesitaré?
- Es que para la solicitud no necesitas nada. Y la matrícula no puedes hacerla aún, porque no te hemos dicho que estés admitida.
- Ya, pero necesito saberlo ahora. Si quieres te cuento para qué lo necesito.
- No. Tengo muchas cosas que hacer.
- Por eso no te lo he contado. ¿Me puedes decir por favor qué documentación necesitaré?
- ....
- ....
- Vale. Necesitas un certificado de blablablabla. Y una fotocopia de los DNIs de los padres o tutores. Y ...
- ¿Y eso? He estado mirando en la página web de otros IESs y ninguno lo pide.
- Lo piden todos, porque el programa es el mismo.
- No.
- En Galicia lo piden todos. El programa es de la Xunta.
- Ah. Vale. Gracias por la información.

Conclusiones:
- la pirada de la madre de Blancanieves nos está pidiendo con urgencia una documentación que no necesita todavía.
- la Xunta pide más documentación que otras comunidades.
- en Galicia es complicadísimo conseguir que un funcionario te responda a una pregunta por teléfono.
- las discusiones no se ganan con dialéctica, ni con conocimientos, ni con razonamientos; se ganan por desgaste.

A ver si el fin de semana soluciono el problema de los escáners, porque de momento no pienso mandar una fotocopia por correo. Lapidadme si queréis, pero a veces me tomo estas pequeñas vendettas porque ser madrastra es muuuuuy duro.