martes, 31 de mayo de 2011

Documentación innecesaria

Cuando empecé este blog, el objetivo era contar anécdotas de lo que suponía para mí vivir aquí, porque soy de una ciudad bastante industrial de Bizkaia y vivo en un pueblecito rural de Coruña. Al final, el blog ha ido degenerando evolucionando y cuento cualquier cosa que me venga a la cabeza. Pero hoy tengo una anécdota de las que quería contar originalmente.

Blancanieves es la hija que Harry tiene de su anterior matrimonio. Vive con la pirada de su madre en un pueblo de Orense y solo pasa con nosotros un fin de semana de cada dos y parte de las vacaciones. Harry se separó hace ya bastantes años y los acuerdos de entonces consideraban que los padres no tenían demasiados derechos sobre los hijos, aparte de pagar. Pero eso es otra historia.

El año que viene Blancanieves empezará la ESO en un colegio distinto al que asiste ahora. La semana pasada nos llamó para decirnos que necesitaba una copia del DNI de Harry para hacer la matrícula. Un par de días después volvió a llamar para decirnos que era urgente. Al fondo se oía la voz de la pirada de su madre metiendo prisa.

En principio, la petición no debería suponer ningún problema. Siempre tenemos los DNIs escaneados en el ordenador. Solo habría que coger el fichero y mandarlo por email pero... Harry y yo nos hemos hecho DNIs nuevos con la nueva dirección y aún no los tenemos escaneados. El motivo es poco creíble pero cierto: aunque tenemos dos escáners en casa, han dejado de funcionar los dos a la vez.

Había dos soluciones. La primera era coger el fichero con el DNI antiguo de Harry y mandarlo. Pero puesto que es la única información que el IES tendrá de él, convendría que tuviesen una dirección correcta. La segunda solución era sacar una fotocopia del nuevo DNI y mandarla por correo ordinario

Es una solución factible, pero me supone algunas molestias. La oficina de Correos de Gaitabilich no abre por las tardes, tendría que ir a la de Coruña. Y tendría que hacerlo yo. Y antes de tomarme la molestia prefiero estar segura de que realmente tengo que hacerlo.

Yo no soy desconfiada por naturaleza, pero con esta tía he aprendido a serlo. No voy a dar detalles ahora, pero la relación es mala-malísima.

El caso es que, sin muchas esperanzas, busqué en internet el IES en cuestión para ver si tenían una página web o algo. Ya me imaginaba que la probabilidad era escasa, pero por algún sitio tenía que empezar. No encontré ninguna página web de ese IES, pero sí de otros centros españoles. Y en ninguno pedían el DNI de los padres.

Conté hasta cien, cogí el teléfono y llamé al IES. Debería haber contado hasta doscientos...
- IES O Estudante Feliz, bo día.
- Buenos días. Quería saber qué documentación hay que presentar para la matrícula en primero de ESO.
- Uy, no sé. Espera que te lo pregunto en secretaría.
.....
- ¿Hola? Mira, me dicen que te tienes que pasar por aquí, porque hay que rellenar una solicitud y...
- Ya me imagino que habrá que rellenar algo, pero necesito saber qué documentación tengo que presentar.
- Pues es que yo no lo sé, soy el conserje. Te voy a pasar con las de secretaría y ellas te dicen.
- Vale, gracias.
....
- Sí, dígameee
- Buenos días. Quería saber qué documentación hay que presentar para la matrícula en primero de ESO.
- Bueno, es que ahora mismo todavía no te puedes matricular. Ahora estamos recogiendo las solicitudes y luego ya te diremos si te hemos admitido y entonces tendrás que hacer la matrícula.
- ¿Y no me puedes decir qué documentación necesitaré?
- Es que para la solicitud no necesitas nada. Y la matrícula no puedes hacerla aún, porque no te hemos dicho que estés admitida.
- Ya, pero necesito saberlo ahora. Si quieres te cuento para qué lo necesito.
- No. Tengo muchas cosas que hacer.
- Por eso no te lo he contado. ¿Me puedes decir por favor qué documentación necesitaré?
- ....
- ....
- Vale. Necesitas un certificado de blablablabla. Y una fotocopia de los DNIs de los padres o tutores. Y ...
- ¿Y eso? He estado mirando en la página web de otros IESs y ninguno lo pide.
- Lo piden todos, porque el programa es el mismo.
- No.
- En Galicia lo piden todos. El programa es de la Xunta.
- Ah. Vale. Gracias por la información.

Conclusiones:
- la pirada de la madre de Blancanieves nos está pidiendo con urgencia una documentación que no necesita todavía.
- la Xunta pide más documentación que otras comunidades.
- en Galicia es complicadísimo conseguir que un funcionario te responda a una pregunta por teléfono.
- las discusiones no se ganan con dialéctica, ni con conocimientos, ni con razonamientos; se ganan por desgaste.

A ver si el fin de semana soluciono el problema de los escáners, porque de momento no pienso mandar una fotocopia por correo. Lapidadme si queréis, pero a veces me tomo estas pequeñas vendettas porque ser madrastra es muuuuuy duro.

lunes, 30 de mayo de 2011

La Nada

Cuando era pequeña iba a un colegio que estaba muy cerca de mi casa. Se veía si mirabas por la ventana. Para llegar había que cruzar un descampado, cuesta arriba. Si hacía buen tiempo cogía un atajo campo a través, entre la hierba. Pero cuando llovía tenía que dar un rodeo para pisar siempre en cemento y no perder una katiuska en un charco de barro. En Bizkaia llueve mucho, por cierto.

Cuando había niebla, el colegio no se veía desde casa. Salía del portal y enfilaba el camino al colegio, pero solo veía una masa gris delante. El colegio no estaba. Iba caminando hacia un sitio que no veía. Por el camino, siempre pensaba que quizás el camino no acababa en el colegio, quizás el colegio se había esfumado durante la noche, quizás seguía caminando y caminando y no llegaba nunca a ningún lado. Y tampoco podría volver a casa, porque si miraba atrás mi casa tampoco se veía.

Cuando leí La Historia Interminable y Michael Ende describía "la Nada", yo me acordaba de la niebla que se tragaba el colegio y mi casa, mi origen y mi destino, y me dejaba en medio del camino que no partía de ningún sitio ni llegaba a ninguna parte.

- [...] Donde estaba el lago no hay nada... Simplemente nada, ¿comprendéis?
- ¿Un agujero? - gruñó el comerrocas.
- No, tampoco un agujero - el fuego fatuo parecía cada vez más desamparado -. Un agujero es algo. Y allí no hay nada.
Los otros tres mensajeros intercambiaron miradas.
- ¿Qué aspecto tiene ... huyhuy ... esa nada? - preguntó el silfo nocturno.
- Eso es precisamente lo que es tan difícil de describir - aseguró el fuego fatuo con tristeza -. En realidad, no se parece a nada. Es como... como... Bueno, ¡no hay palabras para describirlo!
- ¿Como si uno se quedara ciego al mirar ese lugar, no? - se le ocurrió al diminutense.


Hoy venía a la oficina desde casa y había una niebla espesa, fría y húmeda. En medio de la autopista he tenido la misma sensación.

jueves, 26 de mayo de 2011

Ohlàlà

Cuando vivía en Alemania intentaba pasar siempre las navidades en casa. El primer año no lo hice, porque me acababa de mudar hacía poco, y todavía me acuerdo del bajón que me pegó en Nochebuena. El bajón y la borrachera y la resaca del día siguiente.

Había unos 1.800km desde el pueblecito de Baviera hasta el mío. Me hice el viaje en coche la mayoría de las veces. Casi siempre acompañada. Menos una vez que me vine yo sola con mi inseparable perro. El perro no sabía conducir, no me daba conversación y no me pasaba las gafas de sol cuando se lo pedía.

El problema del viaje era que entre Alemania y España hay un país un poco incómodo que se llama Francia. Lleno de franceses que hablan un idioma que yo no entiendo, que usaban una moneda distinta (aquello era antes del euro), con autopistas de pago (en Alemania son gratis), gasolina carísima (más que en Alemania, flípalo), límites de velocidad absurdos (130 sin lluvia, 120 si llueve) y las áreas de servicio más acojonantes del mundo.

Para cruzar Francia sin volverte loco necesitabas una tarjeta de crédito. Con eso podías pagar gasolina, autopistas y hotel. No comprabas ni comida ni bebida, porque a saber lo que es, que está todo en francés.

Repostabas en la última gasolinera antes de cruzar la frontera pero no podías cruzarte todo el país con un depósito, así que te veías obligado a repostar otra vez más antes de llegar a la frontera del otro lado. Eso no es problema si no te sales de la autopista, porque las gasolineras aceptan tarjetas de crédito, están abiertas 24 horas y no tienes ni que hablar con el francés que está allí.

El hotel era obligatorio si viajabas solo. Si ibas acompañado existía la posibilidad de turnarse o de dormir en el coche en una de esas áreas de servicio tan acojonantes. Pero una chica sola no duerme dentro del coche en un área de servicio por muy acojonante que sea.
Llevo un rato buscando en el blog de Barbijaputa la vez que iba para Barbicity y paró a dormir en el coche y su madre le llamaba por teléfono... pero no he encontrado esa entrada y en cambio me he pasado casi 40 minutos leyendo cosas que me han hecho llorar de risa.

En Francia existían ya entonces los hoteles de autopistas (Formule 1, Ibis). Vas a cualquier hora y puedes coger una habitación y pagarla en una especie de cajero automático. Te vas cuando has dormido y punto. Rápido, fácil, cómodo, limpio y no demasiado caro (por lo que yo recuerdo). De nuevo, eso no es problema si no te sales de la autopista.

Pero en Francia no saben señalizar. Es la única explicación que se me ocurre para lo que me pasó aquella vez. Porque yo sabía que tenía que ir hasta París, intentar rodearla (eso era lo más difícil) y luego seguir hacia abajo dirección Burdeos. Todo sin salirme de la autopista. Si lo miras en un mapa, no es demasiado recto. Lo guay sería atravesar Francia recto, para pasar el menor tiempo posible allí, pero no había autopistas rectas.

Esa vez que yo viajaba sola con mi perro, cuando estaba a varios cientos de kilómetros de París vi una señal azul que indicaba Burdeos. Y me dije "alabado sea el nombre de Ikea, han hecho por fin una autopista recta y me voy a ahorrar un montón de tiempo y de dinero". Y seguí la señal azul.

Fue un error. Un error muy gordo. Mucha gente me dice que el error fue mío, que la señal no era azul sino verde. En aquella época no tenía un móvil con cámara, ni Twitter, ni WhatsApp ni nada de eso. Si lo hubiese tenido podría demostrar que era azul. Pero a estas alturas ya da igual.

Como habéis deducido, aquello no era una autopista. Era una carretera francesa. Una carretera sin gasolineras 24 horas, sin hoteles 24 horas...

Tuve que pagar una verdadera animalada para dormir unas horas en un hotel en el que no querían dejar entrar a mi perro. Había un francés en recepción que daba mucho miedo.

Me encontré a las 5 de la mañana de un domingo sin gasolina, en una gasolinera cerrada, y sin posibilidad de comprarla porque el surtidor no aceptaba mi tarjeta de crédito, solo quería tarjetas franchutes.

Intenté que algún francés de los que pararon allí en las horas que estuve esperando me dejase utilizar su tarjeta pagándoles un marco por cada franco. El marco valía 85 pesetas, el franco 22. Pero no querían. Además, se negaban a hablarme en inglés, en alemán o en castellano. Que "yenecomprepá" decían.

Al final tuve que conducir hasta un pueblo que había a 5km y convencí al panadero de que me cambiase pesetas por francos. Todo el camino de ida y vuelta pensaba que mi coche iba a pararse. Nunca había visto la aguja de la gasolina tan tumbada. Cuando volví a la gasolinera con billetes franceses, estaba abierta y me aceptaron la tarjeta de crédito que no quería el surtidor. Cuando intenté contarles el problema que había tenido, por solidaridad con futuros viajeros tan lers como yo, me dijeron... "yenecomprepá".

En el viaje de vuelta llevaba dinero francés y no me salí del camino que conocía.

Desde entonces siempre digo: si tu vida depende de un francés... date por muerto.

Nota: seguro que hay algún francés en el mundo que no sea mala persona. Pero esa noche no se cruzó en mi camino.


miércoles, 25 de mayo de 2011

Más libros

Mi primer post sobre libros no fue la página más visitada de internet ni de lejos. Es un poco penoso que vuelva a escribir otro post sobre lo que leo, pero pensad que no lo hago por vosotros, sino por mí. Tal y como funciona mi memoria en los últimos tiempos, si no apunto estas cosas en algún sitio, se me olvidarán.

El otro post era poco más que una lista, con alguna anotación de "me ha gustado" o "no me ha gustado". Esta vez voy a extenderme un poco más, intentando que no sea un spoiler pero dando bastante información. De hecho, a mí no me parece que decirte si un libro acaba bien, mal o regular sea un spoiler, pero lo mismo a vosotros sí, así que cuidado con lo que viene...


Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini
Me lo dejó una compi del trabajo, es del club de lecturas que se montaron. Cuando se lo devolví, le dije que esperaba que fuese la última vez que me dejase un libro en el que los niños sufren terriblemente. Me dijo que eso me dejaba sin muchas opciones. Y la verdad es que me alegro de haberlo leído a pesar de que me hizo llorar. El libro no se recrea en las escenas morbosas, las expone porque son imprescindibles para entender la historia. Cuando acabas de leerlo no se te olvida, pero tampoco te deja hundido y recordando cosas desagradables.

La historia comienza en Afganistán mucho antes de que apareciese en los mapas de los telediarios. El protagonista (Amir) era un niño privilegiado antes de la revolución comunista del 78. Huérfano de madre y con un padre rico, inteligente e influyente; quizás demasiado ocupado para prestarle atención a su hijo, o demasiado exigente con él, pero no parece mal tipo.

Amir tiene un sirviente, Hassan, que es además su mejor amigo. Son inseparables. Pero Amir tiene claro que él es el patrón y Hassan el criado. Hassan daría su vida por Amir, le adora, pero sabe cuál es "su sitio". Evidentemente, Hassan te cae mejor que Amir desde el principio. Es valiente, trabajador, leal y tiene una especie de sabiduría especial a pesar de ser analfabeto. Amir es un niño mimado y clasista que intenta llamar la atención de su papá. Como es un niño aún, no te apetece abofetearle demasiado, pero sabes que se convertirá en un adolescente repugnante.

Un día pasa algo en la vida de los dos niños que hace que Amir se sienta culpable el resto de su vida. Le falla a Hassan cuando no tendría que haberle fallado, por motivos absolutamente egoístas. Y lejos de intentar compensarle, le aleja de su vida para no tener que enfrentarse a su mirada. Empieza a apetecerte abofetearle, pero te recuerdas que es un niño.

El tema del libro es, precisamente, la culpabilidad de Amir y cómo de adulto intenta expiar dicha culpa aunque casi se le va la vida en ello. Eso le redime tanto ante su conciencia como ante los lectores. Llega un punto en que te cae bien y todo porque, aunque resuelve la situación con más suerte que pericia, se lleva una buena manta de h*st**s y le duele mucho. Entonces comete otro error bastante tonto y te dan ganas de darle otra manta adicional, para ver si espabila de una vez.

El final está bien, comedido en su optimismo, pero dejando buen sabor de boca.

No he visto la película, pero me da mucha pereza por si me destroza el recuerdo del libro.


Contra el viento del norte + Cada siete olas, de Daniel Glattauer

También del club de lecturas de mis compis. Son dos libros, por desgracia. Y es que Daniel escribió un libro que acababa como suelen acabar casi todas las historias de amor cibernéticas: en nada. Y fue un éxito de ventas. Pero los fans se pusieron pesados con que "jo, Dani, tío, el libro mola mucho pero vaya final más asín, ya te vale". La editorial le presionó y Daniel escribió un segundo libro para darles a los protagonistas una segunda oportunidad que no tirasen por el váter.

El primer libro es interesante, más por su original ritmo que por lo que cuenta, que es un historia bastante tonta. El libro recopila los emails que se cruzan un hombre y una mujer. El primer email es un error, la tía escribe a otra persona pero se equivoca y le llega al tío porque se llama parecido. Después de algún error más, se escriben a propósito para desahogarse un poco de sus vidas reales. Y, como suele pasar, los amigos virtuales molan mil veces más que las personas de carne y hueso, porque te los imaginas como quieres y te entienden perfectamente, y puedes contarles cualquier cosa, y no contarles lo que no te apetece. Y como los dos descerebrados del libro no saben lo que es un chat, se escriben cada 10 segundos.

A veces tienes que pararte y pensar de quién c*ñ* es el email que estás leyendo, porque después de los primeros ya no pone lo de "De" y "Para". Eso sí, se lee rápido porque las páginas son más blancas que negras, no sé si me entendéis. Pasaba algo parecido con Bilbao-New York-Bilbao, de Kirmen Uribe, pero aquí está elevado al cubo.

Bueno, el caso es que la parejita anda que si te quiero conocer, que si casi mejor que no y así me imagino que eres tan guapo como George Clooney, que si te llamo por teléfono pero no lo cojas, que si te mando un email cachondo cuando estoy borracho/a pero al día siguiente me da mucho palo...

Por cierto, que ella está casada. Sinceramente, en mi pueblo a las tías como ellas las llaman de cierta forma que empieza por "calienta" y acaba... acaba siempre mal. Y él es un pringao que prefiere tener un amor platónico con una tía desconocida que además está casada. Si ambos se hubiesen mantenido dentro del campo de la amistad terapéutica, pues mira, perfecto. Pero se ponen cachondos y se dicen algunas cochinadas para quedarse luego con las ganas. Un desperdicio de libidos y de bits.

Y el final es que no llegan a nada. De hecho, no llegan a verse. Bueno, ese es el primer final. Luego viene el segundo libro en el que hacen mucho más el tonto, porque se ven, y hay frincamiento, pero ella sigue casada, y él tiene una novia muy mona pero se aburre, y marean la perdiz unos meses por no instalarse el Messenger. Y al final hay happy-end porque para eso se escribió un segundo libro.

Pues eso, que no me gustaron mucho, supongo que se ha notado.

 
El asombroso Mauricio y sus roedores sabios, de Terry Pratchett

Me lo ha dejado una amiga que es muy aficionada al Mundodisco. Yo acabo de descubrir al autor y creo que le voy a pedir algún otro libro a ver si me gusta tanto como éste.
La historia es esperpéntica: un grupo de ratas y un gato han adquirido facultades humanas: piensan, razonan, hablan, manipulan objetos, se organizan, leen, ... En fin, son como los dibujos animados de Disney. Lo curioso es que lo están empleando para sacarles pasta a los humanos, con el truco del flautista de Hammelin.

El flautista en cuestión es un chaval con cara de tonto. Tiene nombre, pero casi siempre le llaman "el chaval con cara de tonto". Que luego resulta que no es tan tonto, pero vamos, que el cerebro de la operación es el gato.

El grupo llega a un pueblo que tiene un problema muy gordo con las ratas. No tienen nada que comer porque, según parece, las ratas se lo comen todo. En el pueblo está la hija del alcalde que es, sin duda, uno de los personajes femeninos más acojonantes que me he encontrado en mucho tiempo. Es tan absurda como te puedas imaginar, lo que en una historia como esta resulta imprescindible.

El chaval con cara de tonto, la absurda, el gato y las ratas van descubriendo un montón de cosas raras en el subsuelo del pueblo y la trama se pone misteriosa, como una historia de detectives.

No es un libro demasiado friki, porque no hay tropecientos seres mitológicos con historias complejísimas. Se lee fácil y tiene algunas escenas muy divertidas. La absurda es para morirte y el gato es un cachondo. No hay sexo pero las ratas a veces se ponen un poco filosóficas, así que tampoco me parece un cuento para niños.

A veces me daba por imaginarme las ratas en plan ratas, osea, no como dibujos de Disney, y me daba un poco de asco. Pero es que a mí las ratas me dan bastante yuyu.

Este sí lo recomiendo.

martes, 24 de mayo de 2011

Campaña electoral puerta a puerta

En Gaitabilich gobierna el partido azul. Lleva un montón de años haciéndolo, desde que no se llamaba pepe sino ape. Y siempre ha ganado por goleada estilo 12-2.

El alcalde y su mano derecha en el partido azul son vecinos nuestros, viven en la misma aldea. En Galicia un municipio (concello) como Gaitabilich, grande pero con poca población, tiene tropecientas aldeas, que administrativamente se asemejan a los barrios de las grandes ciudades.

En Gaitabilich, si estás construyendo una casa, en algún momento tienes que hablar con el alcalde. Es la forma de hacer esas cosas por aquí. No es la forma en la que yo estoy acostumbrada a hacer esas cosas. Por eso, y porque esta gente habla gallego por defecto, de hacer esas cosas se encarga Harry. Así que Harry conoce tanto al alcalde como a su diestra.

Yo les he visto a ambos por la aldea. Vivimos cerca de la iglesia y los del partido azul no faltan a la misa del domingo. En esas ocasiones pasan más desapercibidos. Entre semana se les ve de lejos porque son los únicos de la aldea que usan camisa blanca, el resto usa buzo azul porque son agricultores.

Hace como dos meses que hablamos con la gente de urbanismo del ayuntamiento sobre nuestro cierre. Lo que nosotros queríamos era una valla de esas de alambre, sujetada con postes de madera. No estamos como para hacer rico a otro constructor. Pero por lo visto la legislación es tan complicada que en el ayuntamiento no nos sabían decir si necesitábamos presentar un proyecto de arquitectura o bastaba con un "croquis". Y como nadie contestaba ni en un sentido ni en otro, y el perro se escapaba, decidimos ir haciendo el cierre mientras se lo pensaban. Pero no tenemos licencia, oficialmente ni siquiera la hemos pedido aún.

El jueves volví a casa al mediodía. Había ido a las compras con mi madre, mi hermana y el Peque. Mi padre estaba en casa con el pie en alto. Harry en el trabajo. Mi hermano y mi cuñada llegaban a primera hora de la tarde. El Peque tenía que comer. Se hacía tarde. Había que guardar todo en la nevera... Y llaman al timbre.

Abro la puerta y me encuentro a una jovencita. Que me dice algo como "mira, te traigo información para...". Yo miro, y veo todo azul. Y como no estaba pensando con la cabeza sino con las tripas... abrí la boca antes de darme cuenta "uy, no, del partido azul no quiero nada". Nos dimos las gracias y adiós, cerré la puerta.

Un segundo después pensaba... mierrrrrrrrrrrda. Esta tía ha venido ahora porque ha visto entrar mi coche, vive aquí cerca, va a ir corriendo a decirles a los de partido azul que los de la casa nueva no quieren saber nada del partido azul....

No quería contárselo a Harry porque sabía que me iba a "reñir". Pero el viernes estábamos fuera de la casa trabajando en el cierre y mi hermana sacó el tema. Justo a tiempo, porque no habían pasado ni 10 minutos cuando el mano-derecha aparcó delante de mi casa y, vestido con una camisa blanca, se acercó a nosotros.

Que qué tal va todo. Que si tenemos algún problema. Que si han hecho alguna cosa que nos haya molestado. Que cada uno tiene sus ideas pero en las elecciones municipales cuentan las personas, no las siglas...

Sangre me hice en la lengua. Al final tuve que irme y le dejé a Harry asegurándole que no nos pasaba nada. Y explicando que estábamos haciendo un cierre ilegal...

El alcalde, por cierto, ha sido reelegido.

lunes, 23 de mayo de 2011

No les he votado

Ayer fueron las elecciones. No quiero entrar a valorar los resultados porque se me revuelve el estómago y me entran ganas de mudarme a ... a Marte, supongo. Os voy a contar que ayer no voté y porqué. Que seguro que no os importa un pimiento. Para empezar, eran elecciones municipales en Gaitabilich. Intrascendentes, si no vives en Gaitabilich. Si vives en Gaitabilich, mándame un email y quedamos para tomar algo.

Cuando yo votaba en Bizkaia, no solía tener dudas a la hora de votar. Había muchas opciones donde elegir, de muchos colores. En algunas ocasiones me dejaba influir por la presión del concepto de "voto útil" y en el resto votaba a un partido que apenas sacaba votos en Bizkaia, y por minoritario se quedaba fuera en los quesitos del telediario.

Luego me mudé a Galicia pero seguía censada en Bizkaia (eso lo cuento otro día que es muy largo), así que votaba por correo y listo.

Después de empadronarme por segunda vez en Galicia (me he mudado más que un fugitivo) alguien debió de notar que estaba mal censada y de repente me llegó una notificación de que habían cambiado mis datos censales. Mierrrda.

Como primera consecuencia, me citaron por primera vez en mi vida para estar en la mesa electoral. Me libré porque las votaciones eran un par de semanas después de dar a luz.

La segunda consecuencia era más grave: no sabía a quién votar. La situación política vasca es complejísima, pero había tenido más de 30 años para comprenderla. De repente el escenario era nuevo. Los partidos estatales en Galicia no son como los que hay en Euskadi. La propaganda del PP de Galicia está en gallego. Es solo un dato, para que os hagáis una idea...

Al final, no voté. Acababa de convertirme en madre y me daba bastante igual quién saliese en las elecciones europeas. Pero este año tenía intención de votar. ¿Qué digo intención? ¡Tenía ganas! Había estado siguiendo el tema de la ilegalización de Bildu y me había hecho tanta ilusión que al final pudiese presentarse, que me había animado.


Sé que no todo el mundo ve el tema de Bildu como yo. Ni siquiera he conseguido que Harry comparta mi opinión, no voy a intentarlo desde aquí. Quedaos con el dato de que quería votar.

Por la publicidad que veía colgada en Gaitabilich, parecía que solo hubiese 3 candidatos: el rojo, el azul y el nacionalista. Como vengo de una ciudad bastante más grande, pensaba que el resto no hacía publicidad pero que habría más opciones. Busqué en internet y no encontraba ningún otro. Harry es de un pueblo de tamaño medio y tampoco se lo podía creer.

No sabíamos dónde estaba el colegio electoral. Según las tarjetas censales era un antiguo colegio de la zona. Ni nos sonaba. Como Harry tuvo que salir por la mañana, aprovechó para preguntar a algún lugareño y localizar el sitio. Y como aún teníamos la duda de las candidaturas, entró a ver cuántas papeletas había.

Había solo tres.

Estuve informándome sobre el voto blanco, el voto nulo y la abstención... y al final no voté, me parecía lo menos grave.

Si hubiese tenido una papeleta de Bildu... hubiese tenido más gracia.

viernes, 20 de mayo de 2011

Cambio de planes

Esto es lo que tenía preparado el viernes pasado:

El vaso medio lleno
El blogger está tirado, no se puede publicar ni comentar en otros blogs. No tengo nada que hacer en la oficina y estoy escribiendo el post en el WordPad porque el resto de programas me dejan el ordenador tirado. El día tiene muchos ingredientes para merecerse la mala fama de los viernes 13. Pero tengo un montón de motivos para estar de buen humor:
- estoy leyéndome de cabo a rabo el blog de Lorzagirl.
- hace un día, por fin, de "veranito". Creí que nunca iba a poder ponerme manga corta.
- poco a poco, vamos haciendo el cierre de la finca. Empiezo a creerme que lo acabaremos algún día.
- el martes que viene es festivo en Galicia.
- como estoy sin proyecto, he aprovechado para pedirme vacaciones. El lunes y el miércoles no curro tampoco. Tengo por delante 5 días (¡cinco!) sin currar.
- el domingo se vienen mis padres y mi hermana a pasar unos días.
- tengo una Monster en mi garaje y un montón de días por delante para "probarla".
La semana que viene el Peque cumplirá dos añitos. Tengo que preparar una super mega fiesta de cumpleaños. En vez de agobiarme, me apetece. Estoy tan positiva que no me reconozco.



Y esto es lo que ha pasado desde entonces:

El vaso medio vacío
- el viernes Harry salió muy tarde de trabajar y para cuando llegó ya no pudimos hacer las compras, ni pude coger la moto, ni nada de nada.
- el sábado cogí 15 minutos la Monster, pero las manetas están mal reguladas y no estaba cómoda.
- el domingo se vinieron mis padres y mi hermana a pasar unos días.
- el lunes por la mañana mi padre se cayó de una escalera y se rompió el pie. Tuvieron que operarle e ingresarle unos días en un hospital de Coruña.



Mi madre y mi hermana no conducen. Eso plantea dos problemas:
- para ir y volver del hospital en coche teníamos que ir Harry o yo. En algunos momentos parecía el jueguecillo de la barca con la lechuga, la cabra y el lobo.
- cuando acaben las vacaciones, alguien tiene que llevarles de vuelta.

Había varias soluciones posibles, pero al final lo más fácil era que mi hermano se viniese. Como no quería hacerse el viaje solo, se ha traído también a mi cuñada. Que tampoco conduce.

En mi casa ahora mismo están el Peque, mi madre, mi padre, mi hermana, mi hermano y mi cuñada. Para el fin de semana vendrán también Blancanieves y mis suegros. Harry y yo estamos trabajando, que tenemos muchas bocas que alimentar...

jueves, 12 de mayo de 2011

Personalidad múltiple y confusa

Hola, me llamo Bruja y tengo un problema de personalidad. Tengo dos cuentas en Google: una con mi nombre real y otra con mi nick.
En gTalk uso mi nombre real. Lo utilizo mucho en el trabajo.
En Picassa uso mi nombre real. Cuelgo las fotos del Peque para que las vea la familia.
En Twitter uso mi nick. Leo más que escribo.
En el Blog uso también una cuenta de google. La cuenta equivocada. La del nombre real. Es la que uso para el Reader, para comentar en otros blogs, para el Analytics...

Hace tiempo que quería cambiar la cuenta en el blog y usar la del nick, pero sabía que no iba a conseguir arreglarlo todo. Así que no lo hice. Pero cuando hoy he visto que el autor de mi última entrada no era Bruja Naranja, sino mi nombre real, he decidido que no podía esperar más.

No quiero ver mi nombre en el blog. Tampoco es que sea un blog ultra secreto.
Harry lo conoce pero no lo lee, dice que se sentiría como si leyese mi diario.
Mi familia lo lee, a veces incluso comentan.
Mi familia política creo que no sabe nada del blog. Eso espero, al menos.
Algunos compañeros de trabajo lo conocen, pero son más amigos que compañeros. Pero como escribo desde la oficina, cualquiera que pase por detrás mío y quiera fijarse lo ve y puede encontrarlo.
En mi blog cuento de dónde soy y dónde vivo, y no creo que con esos dos datos haya mucho donde equivocarse.

Pero no me gusta ver mi nombre (real) en Internet.

Disculpen las molestias si alguna cosa no funciona como debería.

Post-Post: resulta que había un error en Blogger y por eso salía mi nombre real.
Resulta que Blogger estuvo caído durante muchas horas y cuando volvió, esta entrada se había borrado.
Resulta que todos los cambios de usuario que hice se perdieron.
Resulta que he tenido que volver a hacerlos.
Resulta que Blogger todavía no está 100% arreglado y puede que vuelva a perderse la entrada y los cambios.

Pero es gratis, no podemos quejarnos.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Una de bancos

No sabía cual iba ser el tema del post de hoy. Ni siquiera sabía si habría un post. Pero ha habido suerte, porque he tenido que ir a cobrar el cheque de Harry.

A Harry le pagan por transferencia bancaria lo que su empresa declara en su nómina. Y luego, mensualmente, le dan un cheque para cubrir ciertos conceptos del mes anterior. No recuerdo bien si se corresponde con las dietas, con los kilómetros, con las horas extra o con el plus de peligrosidad. Ah, no, que en las empresas de voladuras eso no se cobra.

El caso es que le dan un cheque al portador. Harry siempre tiene mil excusas para no cobrarlo por sí mismo. Bueno, mil no, siempre usa la misma: no puedo salir del trabajo para ir a cobrarlo. De vez en cuando se le escapa, al contarme alguna anécdota, que ese día se han ido antes a comer para que un compañero pudiese ir al banco a cobrar el cheque. Yo, que soy una mujer que no pierde palabra cuando su marido habla, cojo la ocasión al vuelo y le sugiero que él también podría hacerlo. Harry se da cuenta de su desliz y en vez de agradecerme la atención que le presto, pone mala cara y dice que al mes siguiente se ocupará él de cobrar el cheque. Pero cuando llega el momento volvemos al punto de partida, porque en ese tiempo las circustancias laborales de Harry han hecho imposible eso de salir antes a comer. Misterios que solo Harry entiende y que nunca consigue explicarme de manera convincente.

El cheque es de un banco... llamémosle Banco del Populacho. Y está emitido por una sucursal que está cerca de su empresa. Hubo una temporada en que yo curraba muy cerca de allí, de hecho, más cerca que él, que anda siempre por ahí en Obras Recónditas. Así que a la hora de la comida me acercaba caminando a la sucursal y cobraba el cheque sin problemas.
- Hola, vengo a cobrar este cheque.
- Aquí tienes la pasta.
- Gracias y adiós.

Luego dejé de trabajar porque estaba de baja. Como tenía mucho tiempo libre, seguía encargándome de cobrar los cheques de Harry. Me acercaba a la sucursal del Banco del Populacho en un pueblo cercano (en mi pueblo no hay) y cobraba el cheque sin apenas problemas:
- Hola, vengo a cobrar este cheque.
- Necesito tu DNI.
- ¿Mi DNI? Es un cheque al portador.
- Sí, pero de otra sucursal. Necesito tu DNI.
- Vale, toma mi DNI.
- Anoto tu nombre y tu número de DNI y te lo devuelvo. Y aquí tienes la pasta.
- Gracias y adiós.

Cuando volví a incorporarme a mi trabajo meses después, mi puesto de trabajo estaba en la oficina super céntrica que mi empresa tiene en Coruña. Harry buscó el Banco del Populacho en google maps y dijo lleno de gozo:
- ¡Qué bien, hay un montón de sucursales del Banco del Populacho cerca de tu oficina! Puedes cobrar mis cheques.

Elegí una y fui a cobrar el cheque:
- Hola, vengo a cobrar este cheque. Aquí tienes también mi DNI.
- Te voy a cobrar 1,50€ porque no es de esta sucursal.
- No puede ser, nunca me habéis cobrado.
- Pues ya ves.
- Espera que lo consulto.

Vamos a ver: normalmente no consulto a mi marido antes de gastarme 1,50€ pero Harry ODIA las comisiones y los gastos de envío. Ya, ya, todos los odiamos. En minúsculas. Harry los ODIA. Si se entera de que he pagado 1,50€ por no cobrar el cheque en la sucursal adecuada, de repente resultará que si que puede salir del trabajo en Obra Recóndita y acercarse a la sucursal adecuada. Me dije que era mi oportunidad y le llamé:
- Harry, que mira, que me cobran 1,50€ de comisión por lo del cheque y he pens....
- ¿Comisión? ¿Has dicho comisión? Ni hablar, no pagues, que les den, ya me acercaré yo a la sucursal emisora. Sinvergüenzas, ladrones, hijosde....
¡Bien!

Al día siguiente:
- Mi querida y naranja Brujita, que he llamado a mi empresa y me han dicho que no me preocupe, que ellos emiten unos cheques especiales que se pueden cobrar en cualquier sucursal sin pagar comisión. Que no hagas caso y lo cobres, verás como no nos quitan los 1,50€.
Qué bien, oye...

De vuelta a la sucursal:
- Hola, vengo a cobrar este cheque. Aquí tienes también mi DNI.
- Te voy a cobrar 1,50€ porque no es de esta sucursal.
- Nononononono. Que me han dicho que es un cheque especial y...
- Ah, vale, puede ser. Eso me lo dirá el ordenador cuando meta todos los datos. A ver, meto tu nombre, DNI, los datos del cheque... ¡Anda, pues es verdad! No te cobro comisión. Aquí tienes la pasta.
- Gracias y adiós.
Vamos, que ya lo tenía dominado.

Hoy me he sentido aventurera e innovadora y me he ido a otra sucursal que me parecía a mí que me pillaba como mejor.
- Hola, vengo a cobrar este cheque. Aquí tienes también mi DNI.
- Te voy a cobrar 1,50€ porque no es de esta sucursal.
- Nononononono. Que siempre me decís lo mismo, pero es un cheque especial y...
- Ah, vale, puede ser. Eso me lo dirá el ordenador cuando meta todos los datos. Espera que hago una fotocopia de tu DNI y ahora vuelvo.... A ver, meto tu nombre, DNI, los datos del cheque... ¡Anda, pues es verdad! No te cobro comisión. Aquí tienes la pasta.
- Adiós. No te doy las gracias.

Esto... ¿han fotocopiado mi DNI para cobrar un cheque al portador? ¿Por qué? Le he preguntado a Google y estoy investigándolo aún. Ya os contaré si la próxima vez la conversación no acaba bien.

martes, 10 de mayo de 2011

No parece tan difícil

Ya he hablado de ascensores en otra ocasión. Muy a mi pesar, tengo que recuperar el tema. ¿Escribir sobre ascensores es tan cutre como las conversaciones de ascensor? Posiblemente. Por eso he dicho "muy a mi pesar".

El primer ascensor para humanos se instaló, según la wikipedia, en 1857. Pues bien, después de 154 años, todavía hay gente que no sabe usarlos. Hay incluso un grupo en Facebook al respecto. Puede que haya más de uno, tampoco he buscado de forma exhaustiva, la verdad. Mi queja, como en Facebook, se refiere a los botones de subir y bajar que hay FUERA de los ascensores. Más concretamente, se refiere al uso que los humanos hacen de dichos botones.



En el edificio donde yo trabajo, no hay carteles aclaratorios verdes. Y pasa a menudo que cuando el ascensor llega a la séptima planta, donde está mi oficina, llega lleno de gente que quería ir a la planta baja. Gente que estaba en el tercer piso y en vez de pulsar el botón de bajar, pulsó el de subir, o aún mejor, pulsó los dos.

Yo pensaba que la gente hacía eso pensando, de forma muy poco solidaria, que "así va más rápido". Pero luego me di cuenta de que había otra explicación más sencilla: no saben usarlo. Al menos es así en los dos casos en los que me he documentado: mi padre y Harry. Ellos no lo hacen por ir más rápido, sino por puro y simple desconocimiento. También influye que no me hayan escuchado las tropecientas veces que se lo he explicado. O puede que me escuchasen, pero no me creyesen. Su versión funciona más o menos así:
  • Si están en la planta baja, le dan al botón de abajo porque "quieren que el ascensor baje hasta la planta baja para poder cogerlo".
  • Si están en el piso superior, le dan al botón de arriba porque "quieren que el ascensor suba hasta arriba para poder cogerlo".
  • Y si están en cualquier piso intermedio, le dan a los dos porque "vete tú a saber dónde está el ascensor, a mí me da lo mismo, lo que quiero es que venga".
Vale, no sabes usar un ascensor, tampoco es para lapidarte. Al menos no siempre. Pero si encima de no saber usarlo, acusas al resto del mundo de acaparar el ascensor y no dejar que lo uses tan mal como quieres, entonces se me hincha la vena y quiero lapidarte. Sin piedad.

La semana pasada estábamos 3 personas esperando en la séptima planta. Llegó el acensor, se abrieron las puertas y había 2 tías que pusieron cara de susto y dijeron:
- Uy, esto no es la planta baja.
- No, tía, es la séptima. Hemos subido.
- Pero le hemos dado al cero.
- Sí, le hemos dado, pero si le llaman, pues es lo que pasa, que nos hacen subir a lo tonto.

Es cierto, has subido "a lo tonto". No sabes cuánto.

viernes, 6 de mayo de 2011

Libros

En muchos blogs los autores cuentan qué libros han leído y su opinión al respecto. Yo solo he hablado alguna vez de lo que estoy leyendo para decir alguna tontería que me parecía que venía al caso. Que seguro que no, pero bueno.

Como me he propuesto actualizar el blog todo lo que pueda mientras dure esta racha de poco trabajo, y el resto de temas que he pensado no me apetecen, os voy a escribir una entrada sobre libros. No va a ser una entrada gafapasta porque yo no leo libros de gafapasta. Suelo leer en la cama antes de caer rendida. Y solo porque tengo la mala costumbre de pasar por el baño antes de acostarme y lavarme la cara con agua y jabón. Si no lo hiciese, pasaría del sofá a la cama sin salir del sueño profundo y no leería.

Voy a echar mano de google para encontrar lo que he leído últimamente, porque tengo una memoria atroz para los títulos y los autores, si no me suenan mucho-mucho-muchísimo, mi cerebro ni los procesa.

Y otra cosa antes de entrar en materia (al final me quedará un post solo con la introducción): la lista es de lo que he leído desde Navidad. Pero es que estuve casi dos meses de baja, no esperéis otra lista así de larga próximamente.

En fin, que me liais... Venga.


Música de playa, de Pat Conroy
Es el autor de "El Príncipe de las Mareas". El libro es muy parecido. Gente del sur, con sus rarezas, sus familias mal avenidas, y sus historias inconfesables. A mí me encantó, pero también me había gustado el Príncipe. ¡Me gustó hasta la peli!

Mi vida con el hijo de Linda, de Jane Green
Es de esos que llaman chick lit. Se deja leer. En mi caso, me sentí muy identificada con la prota cuando después de nacer su hijo se da cuenta de que el marido no le aporta el 50% que ella esperaba. Por lo visto nos pasa a muchas...

Nana, de Chuck Palahniuk
El autor del Club de la Lucha. Este libro me gustó a pesar de que tocaba (mucho) ese tema que tan poco me gusta. Pues aún así.

Maldito karma, de David Safie
Me ha gustado. Me lo pasaron unos compis que tienen un club de lectura y la opinión generalizada es que el principio era cojonudo, pero luego flojeaba mucho. Y sí, vale, flojeaba, pero es que empezaba tan bien que era difícil mantener el nivel.

El sari rojo, de Javier Moro
Habla de Sonia Ghandi desde que conoce a su marido indio hasta la actualidad (bueno, hasta que Javier Moro lo escribió). El tema es muy interesente, sobre todo si no tienes ni idea de que Indira Ghandi no es hija de Ghandi. Era mi caso, me da hasta vergüenza. Pero... uf... le sobran la mitad de las páginas, se repite mucho cuando habla de lo que sienten los protagonistas, cada 10 páginas (más o menos) suelta el mismo discursito sobre los sacrificada que es la familia. Se pasa un montón con eso, solo le falta pedir la canonización de Indira a pesar de ser hindú... A punto estuve de no acabarlo. Hice una pausa de varias semanas y volví a cogerlo. Lo acabé por documentarme, por si algún día me sirve para parecer un poco menos lers en una conversación de café.

La tía Mame, de Patrick Dennis
Este libro lo tenía en la lista de libros para comprar, pero mi tía soltera se lo regaló a mi hermana (otra tía soltera) y me lo dejó. Es un encanto de libro, los personajes se hacen querer a pesar de sus defectos, las historias son entretenidas... Recomendable.

La chica Einstein, de Philip Sington
Me costó muchísimo cogerle el ritmo. Tanto, que casi estaba acabando cuando empecé a leerlo con gusto. Y el final deja mucho que desear. Así que quedan unas 20 páginas que salvaría. No digo más.

La brújula de Noé, de Anne Tyler
Pues después de ver que era la autora del Turista Accidental, estuve a punto de no leerlo porque esa peli me pareció un bodrio. Por suerte, lo leí. Me gustó muchísimo, me lo ventilé en el hospital en menos de dos días y me dio mucha pena que se acabase.

Aurora Boreal, de Asa Larsson
No sé si solo me pasa a mí, pero yo no consigo que los autores "nórdicos" me toquen la fibra sensible. Me enganchan, me gustan, me entretienen, me intrigan... pero no me dejan sensaciones una vez que acabo el libro. Solo ha habido una excepción: la primera parte de Millenium (solo la primera). Este libro es una buena muestra: me enganchó bastante, tenía mucha curiosidad por ver quién era el asesino y porqué, pero el único personaje con el que me tomaría un café es la poli embarazada, que yo visualizo con la misma pinta que Frances McDormand en Fargo. Y la autora también, me parece. ¡Es que hasta las viste igual!

La caja negra, de Amos Oz
Lo recomendó tanto Molinos en su blog, que lo compré. Esto lo digo con mucho miedo pero... no me gustó nada. Los protagonistas me cayeron como el culo. Todos. Bueno, es que apenas hay 5 humanos en el libro. Pues todos son unos malos bichos, por diversos motivos. Pero no me hagáis caso a mí, ella es mucho más gafapasta y lee mucho más que yo.

¡No puede ser! Moli actualiza hoy con el post mensual de lecturas. Ay! Pues lo voy a subir... a ver si no lo ve...

jueves, 5 de mayo de 2011

Desconectada

Ha habido un parón de casi 9 meses y medio en el blog. Dejé una última entrada y desaparecí sin despedirme. En ese intervalo no he abierto ni el email. Apenas he leído otros blogs, tampoco. No he tenido mucho tiempo. Y cuando lo he tenido, no he tenido ganas. Voy a resumir aquí los acontecimientos acaecidos en estos meses:
  • Harry volvió a quedarse en el paro. El curro nuevo era lo que parecía: una mierda. Pero encima no duró.
  • Me metieron en un proyecto que consistía en averiguar todas las provincias de todos los países en los que nuestro cliente tiene tiendas. Es un cliente muy gordo, tiene tiendas en muchos países. No puedo decir más porque tendría que autodestruirme.
  • LPC (la puta casa) tenía que estar acabada el 27 de agosto, porque Hacienda solo te da dos años para reinvertir. Cachondos ellos. Estaba "casi" acabada, pero es que de todas formas en agosto no te visan ningún papel. Esperemos que me revisen la declaración un viernes a última hora...
  • Por "suerte" Harry estaba en el paro. Porque se pasó muchas mañanas en el ayuntamiento, en el registro, en el notario, en la compañía suministradora de electricidad, en la del agua...
  • Prescindimos de la asistenta. Porque Harry tenía mucho tiempo y lo iba a hacer él todo.
  • Ikea no nos ha declarado clientes preferentes, a pesar de que les dediqué una entrada durante meses y de que me dejé no-os-voy-a-contar-cuántos-euros-que-me-da-vergüenza en su tienda.
  • La piscina del pueblo se quemó. En serio. Los sábados por la mañana ya no teníamos cursillo con el Peque. Era genial, porque así podía ayudar a Harry a limpiar. Mi actividad favorita para el fin de semana.
  • Nos mudamos a LPC a finales de septiembre. Tuvimos que desalojar a un par de cientos de moscas que había de okupas y que habían dejado las paredes recién pintadas (de amarillo) llenas de manchitas (de color amarillo más oscuro, tirando a marrón, lo que viene siendo el color mierda, vamos).
  • LPC es 4 veces más grande que el piso. Harry tenía 4 veces más superficie que limpiar. Además estaba el tema de las moscas que he mencionado. Pero como yo tenía los fines de semana libres, podía ayudarle.
  • Harry se apuntó a una academia porque se aburría.
  • Puesto que teníamos pocos motivos de discusión, decidimos adoptar un perro. Nos pusieron tantas pegas que al final compramos uno. Sorprendentemente, era más barato, más fácil y más rápido.
  • Me metieron en un proyecto en el que mi responsabilidad era preparar y comprobar (analizar y testear) el trabajo de dos humanos cuyo puesto de trabajo está en otra provincia. Que dices: bueno, con las nuevas tecnologías ¿qué más da? Claro. Pero si deciden no coger el teléfono, no leer ni contestar a los mails, ponerse como "ausentes" en los chats... He dicho que eran dos humanos, pero uno de ellos me inspira otros sustantivos.
  • Mi amiga del curro volvió después de su baja por maternidad. Una madre con menos experiencia que yo. Eso levanta mucho la moral. Y la echaba de menos.
  • Después de retrasarlo todo lo que pude, tuve que operarme de nuevo. Estuve unos días ingresada y casi 2 meses de baja.
  • A Harry le volvieron a llamar de su antiguo curro. El mierdoso no, el otro.
  • Tuvimos que buscar una asistenta+canguro a la carrera. La encontramos. Es perfecta.
  • El proyecto se acabó y me quedé sin nada que hacer en la oficina.
  • Volví a tener tiempo para leer blogs.
No sé cuánto va a durar la nueva situación. En esta empresa, o no tienes proyecto, o no tienes un momento libre. Al menos ese ha sido mi caso hasta ahora. Si puedo, intentaré seguir leyendo y escribiendo. A veces las entradas serán más alegres, a veces más tristes. Intentaré no caer en el patetismo pero no prometo nada.

martes, 3 de mayo de 2011

¡Ya eres mía!

Hoy venía a trabajar, con los auriculares del iPod metidos en las orejas, y he oído prom-prom-prom. Sonido Ducati. Espero a que pase mi posición y entonces miro. Una Monster roja.

¿Os suena? Ya lo conté aquí
. Pero hoy... he sonreído contenta. Porque dentro de unos días, habrá una Monster roja en mi garaje.

Aviso: este post va de motos. Si no te gustan las motos te va a parecer un ladrillo. Lo siento pero, como dicen por ahí, el blog es mío y me lo f*ll* cuando quiero. De hecho, es increíble que apenas haya hablado de motos hasta ahora.

Harry y yo nos conocimos gracias a las motos. Concretamente, gracias al canal de motos del IRC.

Yo estaba planteándome comprarme una moto. Mis ex eran moteros, pero yo siempre había ido de paquete. Quería conducir. Tal vez era que quería tomar el control de mi vida. Tal vez era que tenía un casco y una chaqueta y unos guantes... y me daba pena no darles uso.

Harry tenía una GS500 más vieja que el catarro, con un escape de esos que hacen mucho ruido. Todavía hoy, cuando oigo el sonido de una bicilíndrica con un escape IXIL... Cada uno tiene sus fetiches. El mío es muy friki, pero es el mío.

Él me animó a sacarme el carnet de moto, a pesar de que cualquier humano con carnet de coche puede conducir una moto pequeña. Como acababan de despedirme por primera vez en mi vida, tenía algo de pasta y mucho tiempo libre. Otros montan su propia empresa. Yo me saqué el carnet y me compré una CBF de 250cc que me cogió ojeriza desde que me vio en el concesionario. No hay otra explicación posible. Se me cayó al suelo tantas veces que era verla y darme aprensión. Me costó una barbaridad hacerme con ella.

Mientras tanto, Harry decidió cambiar su vieja GS por una moto nueva. Fue la primera vez en nuestra relación que tuve ganas de matarle. Porque la GS me hubiese venido de perlas, pero no se le ocurrió venderla hasta que yo ya había comprado una. Han pasado 4 años y sigo echándoselo en cara a veces. Soy un mal bicho.

El caso es que Harry quería una Kawasaki Z750S. Era un modelo que ya no se fabricaba, quedaban algunos ejemplares nuevos por ahí repartidos, pero no era un modelo fácil de conseguir. Al final, la trajo de algún sitio remoto y exótico (Castellón, creo). Fue todo un problema logístico.

Cuando me vine a vivir a Galicia, mi CBF se vino conmigo. De hecho, me mudé en moto. Luego volví a Portu en tren y recogí el coche, algún mueble y montones de cosas más. Para entonces, la CBF ya no se tiraba al suelo al verme. Me había costado pero la tenía domada. Era una gozada, consumía poquísimo, casi me hice el viaje sin repostar. Me encantaba mi moto, me encantaba conducir, me encantaba ser motera, me encantaba chatear con otros moteros, me encantaban las concentraciones. Tenía un hobby. Molaba mil.

Poco después nos mudamos los dos a Coruña. Yo iba a diario al trabajo en moto. Y salíamos con las motos los fines de semana que no teníamos a Blancanieves, a no ser que hiciese un tiempo de perros. Íbamos a todas las manifestaciones anti-guardarraíles que hacían por Coruña. Nos hacíamos rutillas hasta Finisterre, o por la costa de Lugo (imprescindible). Nos fuimos a la famosa concentración de Sanabria (creo que no he pasado tanto frío en toda mi vida).

Teníamos, tengo que decirlo, algún problema para coordinar nuestras velocidades. A pesar de lo pudiera parecer, teniendo una moto con el triple de cilindrada que la mía... Harry conduce un poco lento para mi gusto. Él dice que yo soy una kamikaze. De hecho, lo dijo delante de mis padres una vez, y desde entonces mi madre tiembla visiblemente cuando me oye hablar de motos.

Y entonces me quedé embarazada. Tuve un primer trimestre complicado, y me prohibieron montar en moto. Como ya tenía 2 años de carnet y podía llevar motos de más cilindrada, pusimos mi pequeña CBF en venta. La idea era comprarme una Monster cuando pudiese volver a montar. Por desgracia, para entonces LPC (la puta casa) ya nos estaba ahogando y no me la compré. Tampoco podía usar la de Harry, tenía que "despatarrarme" tanto para sentarme encima que no llegaba al suelo ni con la puntita de un pie.

Harry tenía la moto muerta de risa, no la usaba. Y yo que "necesitaba" una moto no tenía ninguna. Decidimos hacer un cambio, algo muy habitual en este mundillo: se cambia Z750S por Monster. El sábado vino un tío a casa con su Monster, para ver la moto de Harry. Y se enamoró de ella. Así que dentro de unos días habrá una Monster roja en mi garaje.

Harry no está muy feliz con este asunto. Pero yo estoy taaaaan contenta. Mola mil ser motera de nuevo.


Este entrada tan happy es para Bereni. De todo se sale.


lunes, 2 de mayo de 2011

Negro sobre blanco

Te levantas un sábado y empiezas a discutir...

Porque tienes un catarro de mierda que no se te quita, y te duele la cabeza, y has dormido demasiado y ahora vas a andar de culo para llegar al cursillo del Peque en la piscina del pueblo, y ayer no recogiste la cocina antes de acostarte y ahora huele a patatas fritas, y el perro se ha cagado en la entrada y el resto de la casa huele a mierda, y no hay café hecho, y no queda leche en la nevera y tienes que ir a buscarla a la despensa...

Y encima viene y te pregunta no sé qué tontería, no me toques las narices que aún no he tomado cafeína, y mira a ver lo que quiere tu hijo que no deja de gritar, que me está poniendo de los nervios...

Y piensas que ya no aguantas más, que esto es una mierda, que el curro es una tortura de lunes a viernes, que los gastos de "la puta casa" (en adelante, LPC), el doble de grande de lo necesario, te están ahogando, que tienes miedo de abrir el buzón y encontrar una demanda del constructor por la pasta que dice que aún le debes, y el ayuntamiento no te ha dicho aún nada de la licencia para hacer el cierre, y el perro se te escapa y se come las gallinas de los vecinos, y al final nos va a meter en un lío horrible, y a la moto le toca pasar la ITV, pero como no tiene seguro, no puedes llevarla, y el piso de soltero de Harry no se vende, y mira que hemos bajado el precio...

Y cuando por fin te metes en el coche con el Peque, justo a tiempo de llegar a la piscina, pones la radio, porque no sabes donde coño está el iPod, y suena esto:



Pues eso.