miércoles, 25 de noviembre de 2009

Orujo (capítulo I)

Cuando estábamos preparando la boda se nos ocurrió que el famoso regalo de la madrina debería ser algo un poquito más útil que un cepillo plegable para el bolso. Además teníamos el tema del "puro de los pasteles".



En mi tierra es tradición que se envíe unos pasteles a todas aquellas personas que no vienen a la boda pero que te hacen algún tipo de regalo. Normalmente eso incluye a las vecinas de toda la vida de tu madre, los compañeros de trabajo, los padres de tus mejores amigos, etc. Y tradicionalmente se acompañaban los pasteles con un puro, pero en esta época de ex-fumadores (entre los que yo me encuentro) lo del puro no está tan bien visto.



Así que pensamos que estaría bien mandar una botellita de orujo con los pasteles. Poco más que el tamaño mini-bar, vamos. Y para los invitados, para no liarnos, pues más orujo pero en botellas más grandes. Más útil que el cepillo sí que es, ¿no?.



En nuestro caso, puesto que a la boda solo iban a venir los familiares más cercanos (abuelos, padres y hermanos), la lista de los pasteles empezaba a ser mucho más larga que la lista de invitados. Los pasteles no los íbamos a enviar desde Galicia, claro, llegarían un poco rancios a Bilbao. Los iba a mandar mi madre desde allí.


Teníamos que mandar las botellitas a Bilbao para que mi madre las llevase a la pastelería y las "adjuntasen" a cada bandeja de pasteles.


Una vez decidido que iba a ser orujo, no teníamos duda de qué marca queríamos. Hay una marca de orujo que tiene un logo parecido al de mi nick, y que además hace una crema de orujo buenísima. Localizamos un comercio en Coruña que vendía esa marca y nos acercamos a preguntar. Nos informaron del precio y de los distintos tamaños, y nos dijeron que nos pasásemos "más adelante" porque todavía faltaban muchos meses para la boda y ni siquiera sabíamos el número aproximado de invitados ni de pasteles. Nos dijeron que bastaba con que fuésemos un par de meses antes.



Como la boda era en Septiembre, esperamos hasta Julio para volver a pasar por la tienda. Lo malo fue que la tienda cerraba en Julio. Qué suerte tenemos. Esperamos pacientemente todo el mes y volvimos a ir cuando abrieron. Pero en cuanto les dijimos para qué fecha lo necesitábamos, nos dijeron que imposible, que ya no había tiempo.


Buscamos en internet y, mira tú por dónde, que la marca de orujo tiene página web. Y que tiene un apartado que pone "Tienda".
Acabo de acceder y han cambiado el portal totalmente, así que no sé si ahora seguirá pasando lo que nos pasó hace más de un año. Lo mismo ya lo han arreglado.
En el portal había una lista de las distintas bebidas y una lista de "envases" (botellas y frascas de distintos tamaños). Incluso tenían una opción de "Bodas" en la que podías personalizar las botellitas con una etiqueta conmemorativa del evento. Esta opción solo estaba disponible a partir de cierta cantidad, a la que nosotros ni nos acercábamos, así que la tuvimos que descartar. Pero de todas formas, nos pareció genial porque daban la posibilidad de enviar tu pedido a dónde quisieses, sin cargo alguno.



Estuvimos consultando todas las opciones y configuramos un pedido. No había forma de hacer el pedido en plan "carrito de la compra", pero te abría una ventanita para enviar un correo a la empresa. En esa ventanita nos afanamos en escribir lo que queríamos: tantas botellitas pequeñas (el tema de los pasteles) de 3 licores distintos y tantas fasquitas medianas (para los invitados) de esos mismos licores. Indicábamos también que las botellitas pequeñas tenían que enviarlas a Portugalete, a nombre de mi madre, a la calle tal, nº cual, etc, etc. Que las medianas las íbamos a recoger in-person y que en ese momento pagaríamos la totalidad del pedido. Dábamos nuestros datos, un número de teléfono y una dirección de email. Vamos, que casi tuvimos que usar lenguaje sms porque en la ventanita ni nos cabía tanta información.


Yo ya llevaba casi un año en Galicia, pero reconozco que pensé "bueno, ya está, no creo que esto funcione a la primera pero nos contactarán y después de un par de llamadas/emails conseguiremos las botellas". Al fin y al cabo, no se trataba de un organismo público, sino de una empresa privada que supuestamente está interesada en vender sus productos. El que entonces era, aún, mi futuro marido dijo que, por si acaso, al día siguiente les iba a llamar para asegurarse de que habían recibido el pedido y de que no había problema. Bueno, vale, llama, no sea que el mail se haya perdido en el ciberespacio, que el portal está hecho unos zorros y vete tú a saber si eso funciona.



Al día siguiente les llama y habla con un tío que le dice que sí, que vale, que ha recibido el email. Que tranquilos, que no hay problema, pero que llamemos al cabo de unos días y nos cuenta cuándo nos podemos pasar a pagar y eso. Vale, chachi.


Al cabo de unos días llamo, pero no me coge el teléfono el mismo tío. Me lo coge una tía estresada que ya desde el primer momento me dio mala espina. Bueno, venga, soy un cliente y quiero comprar, esto tiene que ser fácil. Ja, qué panoli soy. La tía empieza fuerte, porque me dice ya desde el principio que no sabe de qué pedido le hablo, que el tío se ha pirado de vacaciones y que le ha dejado todo manga por hombro, que se está volviendo loca. Que ese tío es un irresponsable, que a todo dice que sí, pero que no, que no te creas tú que va a ser tan fácil hacer esos pedidos de los que me hablas, vamos.


- Bueno, a ver, qué querías exactamente.
- Vale, mira, hicimos el pedido con este nombre, este día, a través del portal. Te tiene que aparecer.
- Sólo con esos datos, imposible. No lo voy a encontrar.
- Qué quieres que te diga? Cuando lo envié no me contestó diciendo "su número de pedido es el 666". Búscalo, no sé.
- Sí, bueno, que lo busque, ¿tú sabes cuántos pedidos tenemos? Cientos y cientos!! Que lo busque, dices, no puedo buscar entre cientos de pedidos.
- Joe, claro que no puedes buscar uno por uno, por eso te estoy dando el nombre del cliente y la fecha en la que hicimos el pedido. Solo hace 5 días de eso.
- Que no, que tenemos cientos de pedidos y no puedo buscar solo con esos datos.
- Pero ¿qué datos quieres?
- Quiero que me digas exactamente cuántas botellas de cada licor y de cada tamaño.
- Pero tía, eso significa que quieres que te vuelva a hacer el pedido!!
- Sí, casi mejor que lo vuelvas a hacer.
- Joe, pues es que no me acuerdo de lo que pedíamos. Lo tengo en casa, y ahora estoy en el curro.
- Bueno, pues nada, ya me llamarás cuando lo sepas.
Ojiplática me dejó.



Al día siguiente vuelvo a llamarla con mi lista de licores y medidas.
- Hola, mira, que soy la de ayer, que apuntes lo que queremos.
- Vale, espera.... ya, dime.
- De las botellitas pequeñajas, queremos tantas de licor de alcachofa, tantas de lechuga y tantas de espinacas.
- Vale.
- Y esas botellitas tenéis que enviarlas a Portugalete, Bizkaia, a nombre de...
- Uf.
- Uf, ¿qué?
- Que yo si quieres te las envío, pero siempre que mandamos esas botellitas se rompen.
- ¿Cómor?
- Y mira que hemos probado ya con distintos servicios de mensajería, pero nada, se rompen siempre. Yo si quieres te las envío, pero no me hago responsable de cuántas se rompan.
- ¿No te haces responsable?
- No.
- ¿Pero las embaláis o las metéis en una bolsa de plástico? Porque si se rompen siempre...
- Tú misma. Yo no me hago responsable.
- Jo, pues nada, deja, las enviaré yo. No es plan de que lleguen todas rotas.
- Tú misma.
- Luego también necesitamos de las frascas de 70 cl, tantas de alcachofa, tantas de lechuga y ...
- No.
- No, ¿qué?
- Que no va a poder ser. Que de ese tamaño no tenemos el licor de lechuga.
- Pero si en el portal pone que sí tenéis!!!
- Ya, el portal.
- Ya, el portal, ¿qué?
- El portal es muy viejo, no te fíes del portal, que lleva mucho sin actualizarse.
- Pero ¿cómo que no me fíe?
- Que no te fíes. Tú dime lo que quieres y yo te digo si puede ser o no.
- ¿Me tomas el pelo?
- No te entiendo ¿por qué?
- Porque esto parece una broma, de esas que gastan en la radio por la mañana.
- Bueno, tú misma. Pero ya te digo que de esas frascas no puede ser.
- Entonces que no sean frascas, que sean botellas de 70cl.
- No.
- No, ¿qué?
- Que en formato botella no tenemos el de alcachofa.
- ¿Seguro que no es una broma?
- No te entiendo.
- ¿Tienes algún formato en el que me puedas servir los 3 tipos de bebida?
- La botella de litro.
- Joe, es un poco grande, ¿no tienes nada más pequeño?
- Mira, no sé, tendría que mirarlo, mejor te pasas por aquí.



"Mejor te pasas por aquí". No sé cuántas veces me habrán dicho esa frase en estos 2 años. Cienes y cienes.



- Bueno, vale, me paso la semana que viene, que tengo vacaciones.
- Yo te preparo las botellitas pequeñas y el resto ya lo coges cuando vengas.
- Vale, vale.



A la semana siguiente fui. Os lo cuento otro día.



No hay comentarios: