miércoles, 5 de mayo de 2010

Por los pelos

Ayer tuvieron que hacerme una pequeña intervención. Se trataba de cirugía ambulatoria, es decir, sin ingreso. Mi empresa me paga un seguro médico privado, lo que supone un alivio, porque no tengo mucha confianza en el Sergas (servicio gallego de salud). El caso es que todo el proceso se iba a hacer en una clínica privada.

El cirujano me dió la cita hace 3 semanas. Tenía que presentarme ayer a las once de la mañana en la clínica, con una autorización de mi seguro, para que me operasen. Después de entregar la autorización en admisión tenía que acudir a otra planta, junto a la entrada de quirófanos. Allí saldrían a llamarme.

Había avisado en el trabajo, Harry se había cogido un día que le correspondía por convenio, mis padres se habían venido desde Bilbao para ayudarme con el Peque, todo estaba listo.

Como soy como soy, estaba allí a las 10 y media. Había bastante gente esperando, y se rumoreaba que llevaban mucho retraso.

Yo llevaba un libro y me puse a leer. Harry aguantó unos cinco minutos antes de aburrirse y empezó a hacerme preguntas y a ponerme nerviosa. Le mandé a la cafetería a comprar un periódico. Unos veinte minutos después Harry ya se había leído todos los titulares y los pies de foto y se volvía a aburrir. Le sugerí que quizás el periódico tenía también cosas interesantes en letra pequeña, pero no estaba por la labor. Está empeñado en no usar gafas para leer, pero claro, se pierde todo lo que no esté escrito en caracteres extra grandes.

A las once y media llamaron a una chica que se sentaba a mi lado y que había comentado que tenía cita para las once menos cuarto. Bueno, la próxima debería ser yo.

Después de salir esa chica no llamaron a nadie más. Harry no tardó en sospechar que no iban a llamarme, pero yo me resistía a creerlo. Me habían dado cita, me había presentado en admisión con mi autorización, tenía un montón de pegatinas y un consentimiento firmado... No podían haberse olvidado de mí.

Al cabo de un rato empezó a salir personal clínico por la puerta de acceso de los quirófanos. Incluso vi a mi cirujano subir la escalera vestido con el típico traje azul clarito. Pensé que iría a tomar un café, porque ya eran las doce.

Harry insistía en que deberíamos preguntar por si se habían olvidado de mí. Yo todavía me resistía a creerlo.

Un rato después, vi a mi cirujano esperando al ascensor, vestido con un pantalón de calle y una chaqueta de cuero. Ay.

Me acerqué a él antes de que se escapase. En cuanto me vio le cambió la cara:
- Hola, ¿te vas? Pero si me tenías que operar hoy.
- ¡Anda! ¿Has aparecido?
- ¿Cómo que "he aparecido"? ¡Pero si llevo aquí desde las diez y media!
- Vaya, vaya, pues ahora que lo dices es cierto, hoy tenías cita.
Todo esto delante del ascensor. El cirujano vuelve a entrar por la puerta de acceso a quirófanos mientras me dice que espere un rato, que ahora me llaman.

Se me acerca un chico que llevaba allí ya bastante rato y me cuenta que él también tenía cita a las once, que es increíble que nos hayan dado la cita a la misma hora y que encima se olviden de los dos.

Un rato después salen a llamarme, el otro chico se acerca a preguntar y le dicen que sí, que ahora ya se han dado cuenta de que faltábamos los dos.

En fin. La intervención fue bien, rápida y sin complicaciones. Estaba fuera antes de que a Harry le diese tiempo a aburrirse de nuevo (osea, super rápido).

El cirujano me acompañó a la puerta de acceso mientras me decía "menos mal que me pillaste, ¿eh?".

4 comentarios:

Ken Solver dijo...

Creo que el problema está en la diferencia de criterios. Una cirugía ambulatoria para un paciente es algo importante. Sin embargo, por muy mal que funcione el seguro médico o lo que sea, para el cirujano es como enviar un email. Simple.

Lo que me sorprende es el tema del aburrimiento. ¿Por qué la gente se aburre? A mi nunca me pasa...

Izaskun dijo...

Harry Callahan, incluso los ingenieros pedimos disculpas cuando nos hemos olvidado de enviar un email a un cliente al que le habíamos prometido enviar un email un día concreto a una hora concreta... ¿o no? ;-)
Hace poco leí en un blog que la autora no se aburría nunca porque tenía mucha vida interior. Lo tuyo debe ser también por eso :)

ESTEL dijo...

No me estraña que tengas un blog... lo tuyo es pa contarlo...

Un besazo !

tenia el telefono en lamano hace un momento... pero nunca sé si es buena hora o no para los que ya teneis familia!!!

Un besazo de los 2 !

Izaskun dijo...

Itzel, la próxima vez llama. Tú tranquila, que si es mala hora te lo decimos (puede que incluso no podamos coger el teléfono). Pero si es buena hora estaremos encantados de hablar contigo. Que desde que no tienes teléfono fijo (¿lo tienes y no nos lo has dado?) no hablamos nunca! Muchos besos de los cuatro!