miércoles, 7 de abril de 2010

Cultura y negocio

Un amigo me ha mandado esto:


Llevamos ya años discutiendo sobre el mismo tema. La SGAE y el canon. Los derechos de autor y los derechos de los internautas. Y todo, en mi opinión, es un problema de falta de adaptación a los cambios. La industria de la cultura (juas) se empeña en no adaptarse a los nuevos tiempos porque cree que los nuevos tiempos se adaptarán a ellos. Y el gobierno les sigue la corriente (tienes razón, son todos unos ladrones asquerosos, te están quitando el pan de la boca, yo te ayudaré, les meteremos a todos en la cárcel).

Música.
En el siglo XVIII Mozart era un músico famoso. Vivía de su música. Su sistema de financiación no se basaba en la venta de CDs, a él le pagaban los mecenas. Hoy día eso sería impensable, pero entonces funcionaba.

En los 60 los Beatles eran famosos. Vivían de su música. Su sistema de financiación se basaba en la venta de vinilos, conciertos, actuaciones en televisión, entrevistas en revistas especializadas, etc. Entonces funcionaba.

Hoy día la gente no compra música en las tiendas de discos. Ya. ¿Y? Sigue yendo a conciertos, sigue viendo la televisión, siguen vendiéndose revistas. Pero además, la gente navega por internet, usa las redes sociales, chatea, manda emails, escribe y lee blogs. Solo hay que utilizar nuevas fuentes de financiación y adaptarse a los tiempos.

No tiene sentido que pague por un CD porque lo primero que haré con él será ripearlo en mi ordenador para pasarme las canciones a mi iPod. El CD no supone ningún valor añadido. El único CD que hemos comprado últimamente ha sido uno para Harry, pero te regalaban una camiseta.

Películas.
La gente ya no va al cine. Yo, de hecho, solo he ido 2 veces en un año (cuando hemos tenido canguro). Si encima te cuento que una de las pelis fue una mierda... El caso es que veo películas en casa, pero como no aguanto los screeners tengo que esperar meses antes de ver una película que me interesa. La mayoría de las veces, para cuando ha salido en DVD, ya me he olvidado de que quería verla.

Sería estupendo poder ver películas nuevas, con buena calidad, en el salón de tu casa. En la mayoría de los hogares hay un plasma de tropecientas pulgadas ocupando toda una pared. Mola eso de pararlas para ir al baño o a por algo para beber, empezando a la hora que te venga bien, dejando el final para el día siguiente si se te hace muy tarde. Si se pudiese, yo pagaría unos eurillos por película. Pero no se puede.

Una vez que la película está disponible en DVD, ¿cómo la veo? Podría alquilarla en el único videoclub del pueblo, si la tienen. Tendría que ir a por ella y devolverla después. No parece tan complicado. Entonces, ¿por qué hace ya más de 4 años que no alquilo películas en un videoclub? Porque la última vez me juré no volver a hacerlo. La peli no se veía, tenía unos churretes de materia indeterminada que casi se cargan mi reproductor de DVD. Cuando acudí al videoclub a explicarlo me acusaron de haberlo manchado yo misma y solo después de ponerles mi famosa cara de perro rabioso me cedieron a regañadientes otra copia para que acabase de verla. Les dije que se la metiesen allá donde no les daba el sol, rompí mi carnet del videoclub y salí para no volver nunca más.

Series.
Me encantan porque son capítulos de 40 minutos que puedo ver en ratos sueltos, sin interrupciones. Pero si las veo en la tele tengo dos problemas. El primero es que se me olvida qué estoy viendo después del tercer corte publicitario de (sólo) 8 minutos. El segundo es que tengo que estar sentada en el sofá a una hora determinada, un día determinado. No es cómodo.No me importaría pagar unos eurillos para poder verlas a mi ritmo, pero entonces tengo que esperar a que salgan en DVD y para entonces ya han echado otras dos temporadas en la tele.

Libros.
Aquí no puedo ni opinar sobre la piratería. Soy incapaz de leer libros en la pantalla del ordenador. Nunca he usado un libro electrónico, así que no puedo opinar al respecto. A mí me gusta leer libros en papel, bien encuadernados, con su portada y su contraportada. Compro libros de bolsillo cuando simplemente busco algo para leer, pero no me importa pagar un poco más si un libro me interesa y no encuentro la edición de bolsillo.

A veces he alquilado libros en la biblioteca, de hecho me hice socia de la biblioteca del pueblo al poco de mudarme, pero solo lo hago cuando no tengo absolutamente nada nuevo que leer en casa y es una emergencia. Me da un poco de reparo encontrarme pegotes y manchas en las páginas.

Otros.
Para terminar, voy a mencionar que tengo en mi casa un montón de láminas enmarcadas. Son copias de cuadros y fotos "famosos". La mayoría las he comprado en museos. Por ejemplo, tengo una lámina de Van Gogh que compré en el museo de Amsterdam, donde tienen el original. Nadie piensa que eso es piratería, ¿verdad?


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