lunes, 29 de marzo de 2010

Cambio de hora

Hoy es el primer día laborable después del cambio de hora de este fin de semana. Y estoy hecha polvo. Odio los cambios de hora, ambos los dos.

La mayoría de la gente odia el cambio de otoño, porque hace que cuando sales de la oficina no te apetezca ni hacer las compras, de lo oscuro que está. Otros (los menos, parece) odian el cambio de primavera porque hace que cuando te levantas de la cama no te apetezca ni desayunar, de lo oscuro que está.

Yo odio los dos. Por ambos motivos. Pero también porque tardo días en adaptarme al nuevo horario. Crees que exagero, ¿verdad? Sí, he notado que levantabas las cejas y pensabas "ya está la Bruja exagerando, intentando hacernos creer que es la persona más sensible del planeta". Pero es cierto.

Me he pasado muchos años (unos 10) sin usar reloj de pulsera y siempre sabía que hora era. Ahora lo llevo porque cuando me convertí en madre y empecé a despertarme cada 3 horas se me trastocó el reloj mental y no sabía si era de día o de noche. Sister me regaló un reloj de pulsera y gracias a él fui tirando. El reloj mental me ha vuelto a funcionar, pero usaré el otro hasta que casque (ya ha llevado varios golpes cuasi-mortales).

El caso es que cada vez que cambian la hora tardo días en volver a sincronizar el coco con las agujas y me siento todo el rato como si hubiese olvidado algo importante que tuviese en "la punta de la lengua". ¿A que es molesta esa sensación?

El Peque lo lleva aún peor que yo. El pobre hoy apenas ha conseguido abrir los ojos cuando le he despertado a las 7 y media para ir a la guardería. En cuanto le he sentado en la silla del coche se ha vuelto a dormir. Pobrecillo. Y qué envidia me ha dado...

3 comentarios:

Unknown dijo...

Lo del cambio de hora es una... faena... yo también estoy hecha polvo, aunque alguna ventaja tenía que tener: mi peque se ha despertado más tarde, dejando que me duche tranquilamente. Cuando iba a desayunar, ya he tenido que rescatarla de la cuna pero al menos... un ratillo me ha dejado respirar, oye.

Un saludo

Anónimo dijo...

yo a los cambios de hora soy bastante resistente. Es más, he viajado un montón y el jetlag nunca se fijó en mí. Sin embargo, sí que soy sensible a los cmabios de temperatura por mínimos que sean, o al clima. Puedo adivinar si va a llover y es más, puedo adivinar si hay agua (un río, piscina etc) cerca.
Pero claro, igual es que juego con ventaja..
Saludoss (para el Peque) y silbidoss (para vos)..

Izaskun dijo...

tribeca: ¿a que antes no valorabas tanto el poder ducharte sin interrupciones? Ah, la maternidad, qué cosas nos descubre :D

serpiente: eso del agua... ¡flipante! ¿cómo que juegas con ventaja? ¿las serpientes huelen el agua?