jueves, 2 de junio de 2011

Soy un pato, cuac cuac

Estoy sentada en mi mesa de la oficina, tomándome mi medio litro de café de las mañanas mientras leo... no sé, un blog, twitter o algo así. Concentradísma, vamos. De repente noto algo en la pierna. Como si hubiese algo bajo la mesa, por ejemplo mi perro (que está en casa), un compañero con problemas de personalidad (hay para elegir), o algo. Sé que no hay nada, pero me da un repeluco. Con el escalofrío, me tiro parte del café por encima. No me quemo porque siempre lo pido templado. Soy torpe pero no (tan) tonta.

Cocino arroz con setas. Cuezo el arroz en una cazuela. En una sartén muy grande frío ajos, cebolla, setas.. No os puedo contar más, es mi receta super secreta. En ese momento me interrumpen con alguna cosa importante y vital, como ayudar a Harry a buscar su móvil, sus llaves, su cabeza... El caso es que cuando vuelvo se me ha pegado un poco el refrito. Saco de la sartén inicial (A) lo que no está pegado y lo pongo en una sartén limpia (B). En la sartén A echo agua y un poco de detergente y lo pongo al fuego bajo, para que se suelte. Cuando el arroz está hervido, lo cuelo para quitar el agua y lo incorporo al refrito que está en la sartén... Mierda. Tengo que hervir más arroz.

Yo uso un sistema complejo para el azúcar. Tengo el paquete de azúcar que me venden en la tienda, el de papel que usa todo quisque. Y tengo un bote grande de azúcar en el que me cabe todo el paquete de papel. Así nunca tengo una paquete de papel a medias, con el riesgo de eso conllevaría en mis manos. Luego uso también un azucarero, en el que cabe el azúcar que necesito para varios días. Cuando relleno el azucarero, siempre (pero siempre, siempre, siempre) muevo primero el azúcar del bote grande con la cucharita del azucarero para que el azúcar esté sueltito. Luego inclino el bote grande encima del azucarero para que el azúcar caiga poquito a poco. Pero casi siempre queda un super-grumo de azúcar enorme que cae de repente y desborda el azucarero. Me paso todo el día oyendo crac-crac-crac cuando piso por la zona. Aunque pase la escoba, la aspiradora, una bayeta mojada y la lengua del perro. Sigue haciendo crac-crac-crac.

2 comentarios:

Babunita dijo...

La lengua del perro es la mejor opción!!!!!

Bruja Naranja dijo...

En lo que cojo una fregona Scooby ya ha terminado de limpiar :-)