miércoles, 16 de junio de 2010

Hipersensibilidad

Una vez que fui al dentista me encontré con que la chica que me solía atender y que estaba embarazada, ya había dado a luz. Le pregunté qué tal todo, no me acordaba de si esperaba chico o chica, en fin, para darle un poco de conversación. Yo por aquel entonces creo que estaba intentando quedarme embarazada, con ganas pero sin obsesionarme.

La tía estaba encantada de la vida con su niño pero me contaba que se había vuelto una llorona. Que no, que no es la depresión post-parto, me dijo, que es que me he vuelto hipersensible. Hipersensible a todo lo que tenga que ver con el sufrimiento infantil. Me puso varios ejemplos. Hombre, pensé yo, son casos que dan pena, pero tampoco como para hundirte en la depresión.

Unos meses después de convertirme en madre volví al dentista y le dije que entendía perfectamente lo que me había contado.
Inciso: No volví para decírselo, es que me tocaba hacerme una revisión.

Yo no soy muy de llorar, así que no me he vuelto una llorona. Yo soy más de estar dándole vueltas y vueltas a la idea, como cuando te tocas un diente cariado con la lengua. Ya que hablamos de dentistas... O como las vacas, que mascan y mascan y mascan. Y aunque lo traguen, al cabo de un tiempo vuelven a tenerlo en la boca y lo vuelven a mascar.
Inciso: me está dando un poco de asco de pensar en las vacas regurgitando comida a medio mascar.

Me sobrecoge todo lo que tenga que ver con los niños. Y me refiero también a la ficción. Me quedo con mal cuerpo durante mucho rato, hasta que me olvido del tema. De repente, con mi hijo en brazos, me acuerdo y me da un escalofrío y vuelvo a darle vueltas.


Cuando todavía estaba de baja por maternidad, me compré "La Mano de Fátima". Me había gustado "La Catedral del Mar" y lo compré con ganas. No pude leerlo. No sé en qué punto del libro mataban a unos niños y no pude seguir.

Hace un par de semanas vimos la primera temporada de Dexter. Ya había leído un libro sobre él y una amiga me dijo que había una serie. A la Mula que vas. Disfruté todos los episodios como una enana. Ni ascos ni nada. Hasta que sale el Dexter-niño y se ve lo que le pasó. Uf.

La semana pasada leí esta entrada del blog de peibol y estuve pensando durante horas en partirles la cara a la Jessi y a su madre.

Ayer estaba leyendo este libro. Uno de los personajes secundarios es una prostituta que tiene un hijo pequeño y al que prepara la papilla con ron y tranquilizantes para que duerma mientas ella trabaja. Tuve que cerrar el libro porque me estaba poniendo mala. Me costó un montón dormirme y me he levantado todavía dándole vueltas.

Como contaba Gonzalo en su blog, no sé si podría volver a ver "La vida es bella".

6 comentarios:

Sonix dijo...

Hola, es la primera vez que entro en tu blog, vi un link en el blog de Bichejo y entré. Yo no tengo hijos, entonces creo que no tengo todavía esa sensibilidad por ponerme mal por cosas de ficción. ¿Un consejo? ¿Sabes una peli que se titula La Niebla? No la veas. En serio.
Pero creo que puedo entender que cuando tienes un niño es mucho más fácil ponerse en situación para estas cosas.
Bueno, seguiré leyéndote. Un saludito!

Bereni-C dijo...

Esto mismo he intentado explicarlo alguna vez y la gente sin niños no me ha entendido. No es llorar (que también lloro sin consuelo) sino que se me revuelve el estómago y el alma y me quedo con un nudo horrible durante días.
Y con lo que leo de todo, ya no sé cuántos libros he dejado de leer por estas cosas. Y no entiendo el gusto del que escribe en describir escenas de esa calaña.
En fin.

Izaskun dijo...

Sonix, bienvenida. Me apunto lo de la peli. Gracias por leer y por comentar :)
Bereni-C: lei un post tuyo en el que tirabas un libro contra la pared. En aquel momento pensé que era por algo similar.

Bereni-C dijo...

Efectivamente, fue por algo así :-)

Gonzalo Viveiró Ruiz dijo...

Prueba, prueba con la vida es bella y ya me diras...

Izaskun dijo...

Quita, quita... Si hay capítulos de Urgencias que me dejan hecha polvo...